11 de noviembre de 2007

Combatiendo las Pseudociencias 3: La Homeopatía

La homeopatía es la terapia de medicina alternativa que más aceptación tiene en nuestro medio, a pesar de carecer de estudios científicos serios que apoyen sus afirmaciones. Sus seguidores van desde el ciudadano más humilde hasta congresistas y presidentes.

HISTORIA BREVE

Samuel Hahnemann (1755-1843), un medico Alemán, comenzó formulando los principios básicos de la homeopatía a finales de 1700. Hahnemann estaba justificablemente consternado por las sangrías, purgas, uso de sanguijuelas, y otros procedimientos médicos de sus días que hacían mas daño que bien.

Pensando que estos tratamientos intentaban "balancear los humores del cuerpo mediante efectos opuestos", desarrollo entonces su "ley de similares" - una noción que dice que los síntomas de una enfermedad pueden ser curados por cantidades extremadamente pequeñas de substancias que producen síntomas similares en gente sana cuando se administran el cantidades grandes.

La palabra "homeopatía" es derivada de las palabras Griegas

"homoios" = similar
"pathos" = sufrimiento o enfermedad

Hahnemann y sus primeros seguidores llevaron a cabo "pruebas" en las cuales administraban hierbas, minerales, y otras sustancias a gente sana, incluyéndose a ellos mismos, y llevaron registros detallados de lo que observaron. después estos registros fueron compilados en largos libros de referencia llamados "materia médica", los cuales son usados para identificar los síntomas de un paciente con su droga "correspondiente".

Hahnemann declaro que las enfermedades representan un disturbio en la habilidad del cuerpo para curarse el mismo y solo una hace falta un pequeño estimulo para comenzar el proceso de sanación. También afirmaba que las enfermedades crónicas eran manifestaciones de comezones suprimidas (psora) un tipo de miasma o espíritu maligno.

Al principio uso dosis pequeñas de medicamentos aceptados. Pero luego uso enormes diluciones y teoretizó que entre mas pequeña la dosis, mas fuerte el efecto - una noción comúnmente referida como la "ley de infinitesimales". Eso, desde luego, es solo lo opuesto a la relación dosis-respuesta que los farmacólogos han demostrado.

Muchos homeópatas afirman que ciertas personas tienen una afinidad especial a un remedio particular (su "remedio constitucional") y responderán bien a el cuando se les trate una variedad de enfermedades. Estos remedios pueden ser prescritos de acuerdo al "tipo constitucional" de la persona - nombrado así por su remedio correspondiente en una manera que semeja al tipo astrológico.

Por ejemplo, se dice que el "tipo ignatia" es nervioso y muchas veces tiende a llorar, y no le gusta el humo del tabaco. El tipo "Pulsatilla" es una mujer joven, con cabello rubio o café claro, ojos azules, y complexión delicada, quien es gentil, temerosa, romántica, emocional, y amistosa pero tímida. El "tipo Nux Vomica" se dice ser agresivo, belicoso, ambicioso, e hiperactivo. Al "tipo Sulfur" le gusta ser independiente. Y así.

Los productos homeopáticos son hechos de minerales, sustancias botánicas, y varias otras fuentes. Si la sustancia original es soluble, una parte es diluida ya sea con nueve o noventa y nueve partes de agua destilada y/o alcohol y agitado vigorosamente (sucusado). Si no es soluble, entonces es finamente cortado y pulverizado en proporciones similares con lactosa en polvo (el azúcar de la leche). Una parte de la medicina diluida se diluye todavía mas, y el proceso es repetido hasta que la concentración deseada es alcanzada.

Las diluciones de 1 a 10 son designadas por el numero Romanos "X". O sea que una dilución a 1X es 1 décimo de la sustancia original, o sea, que esta diluida a un radio de 1 a 10 (1X = 1/10).

Las diluciones de 2X son diluidas a un radio de 1 a 100, o sea, una parte del producto por 100 partes de agua, alcohol, o lactosa.

Las diluciones 3X contienen 1/1,000 del producto original, las 6X contienen 1/1,000,000, y así sucesivamente.

De manera similar, las diluciones de 1 a 100 son designadas por el numero romano "C". La mayoría de los remedios de hoy en día andan entre las 6X y las 30X, pero se venden productos de 30C o mas.

De hecho, las leyes de química dicen que hay un limite en la dilución que pueda hacerse sin perder la sustancia original completamente. Este limite, llamado el numero de Avogadro, corresponde a las potencias homeopáticas de 12C o 24X.

El mismo Hahnemann se dio cuenta que virtualmente no había posibilidad que siquiera una molécula de la sustancia original fuera a quedar después de diluciones extremas. Pero el creía que la pulverización o agitación vigorosa con cada paso del proceso de dilución dejaba atrás una esencia "tipo espiritual" que "no era ya perceptible a los sentidos" y que curaba al revivir la "fuerza vital" del cuerpo.

Los proponentes modernos aseguraban que incluso cuando la ultima molécula se haya ido, un "recuerdo" de la sustancia es retenida. Esta noción no tiene sustento. Mas aun, si esto fuera verdad, cada sustancia encontrada por una molécula de agua podría dejar impresa una "esencia" que pudiera ejercer efectos medicinales poderosos e impredecibles cuando se ingirieran por una persona.

DESMINTIENDO LA HOMEOPATIA

LA DILUCION

Un ejemplo de esto (tomado de Escépticos Colombia):

Usted es niño y en su casa su madre le ha preparado una deliciosa y nutritiva sopa de letras. En la gran mayoría de las ocasiones el hambre ha podido más que su curiosidad por saber cuántas letras hay en la porción, pero para el caso de este ejemplo asuma que hay unas 200 letras. Justo antes de servirle el plato, llega un pariente y su madre decide que puede darle también de comer con la misma sopa, simplemente agregando más agua y revolviendo el contenido.

Ahora imagine que a su casa siguen llegando parientes, amigos y vecinos en tal número, que su mamá sigue agregándole agua a la sopa y revolviendo constantemente tratando que a todos les corresponda una porción equitativa del preparado inicial. Evidentemente cuando haya un total de 200 comensales, tendremos un plato lleno de agua con una letra miserable y solitaria flotando en su interior.

Ahora imagine que llegasen aún más personas; más agua para la sopa. Al servir las porciones, indudablemente habrían personas a las que les tocó solo agua.

Este es exactamente el principio que se utiliza en la homeopatía para hacer sus disoluciones.

LA LEY DE SIMILARES

Los proponentes llaman "Ley de Similares" ("Lo similar cura lo similar") al principio básico de la homeopatía. Esta sostiene que las sustancias que causan que las personas sanas tengan síntomas puedan curar enfermedades que tengan estos síntomas.

El hecho que un síntoma ocurra después de tomar una sustancia puede tener varias explicaciones. Durante un día típico, la mayoría de las personas experimentan pensamientos y sensaciones corpóreas desagradables ocasionales.

Para determinar si una sustancia realmente causa un síntoma, sería necesario comparar gente que reciba la sustancia con gente que reciba una sustancia de control. Para evitar la predisposición, ni los experimentadores ni los sujetos a prueba deberán saber quién obtiene qué.

Las probaciones usadas para compilar materia medica no fueron realizadas en esta forma. Hubieron muchas variaciones en las cantidades de las sustancias administradas, en el momento de las administraciones, en la manera en que se registraba la información, y en la cantidad de los estudios - y no existieron controles. Entonces es imposible saber si los síntomas reportados fueron realmente relacionados a la administración de las sustancias de prueba. Además, muchos síntomas pudieron haber sido el resultado de la sugestión de los sujetos de prueba.

Aún si los reportes de probación fueran consistentes, no existe razón lógica sobre el por qué las sustancias que pudieran producir síntomas curarían tales síntomas. Tampoco hay evidencia de estudios apropiadamente diseñados que demuestren que la "ley de similares" realmente funcione. La forma real para probar que algo funcione es probar si ayuda a gente enferma.

Esto requiere pruebas clínicas en las cuales las personas que obtengan la sustancia de prueba se comparen a personas que no. Ningún producto homeopático jamás ha sido comprobado como efectivo; y la vasta mayoría de los productos jamás han sido probados clínicamente.

LEY DE INFINITESIMALES

Los productos homeopáticos son formulados tomando una muestra de una sustancia y diluyéndola repetidamente con agua, agua/alcohol, o azúcar láctea. Los productos son derivados de minerales, plantas, sustancias zoológicas, microorganismos, y varias otras fuentes.

Los defensores afirman que entre más baja es la concentración de una sustancia, más potente se vuelve. Este concepto, frecuentemente referido como la "Ley de Infinitesimales", es el equivalente a decir que entre menos azúcar pongas en una taza de café, más dulce se volverá. Esto es justo lo opuesto a la relación dosis-respuesta que han demostrado los farmacólogos.

Las leyes de química establecen que existe un límite a la dilución que puede hacerse sin perder por completo la sustancia original. Este límite, que es relacionado al número de Avogadro (6-023 x 1023), corresponde a las potencias homeopáticas de 12C ó 24X (1 parte en 1024). Los proponentes modernos afirman que aún cuando la última molécula se haya ido, un "recuerdo" de la sustancia original es retenido.


SITUACION ACTUAL
Muchos proponentes afirman que los productos homeopáticos se asemejan a las vacunas porque los dos proveen un pequeño estimulo que desencadena una respuesta inmune. Esta comparación no es valida. Las cantidades de ingredientes activos en las vacunas son mucho mayores y pueden ser medidas. además, las inmunizaciones producen anticuerpo cuya concentración en la sangre puede ser medida, pero los productos homeopáticos altamente diluidos no producen respuestas que puedan medirse. Además, las vacunas son usadas preventivamente, no para curar síntomas.

Ya que muchos remedios homeopáticos no contienen cantidades detectables de ingredientes activos, es imposible probar si contienen lo que sus etiquetas dicen que tienen. Al contrario de las drogas mas potentes, no ha sido probada su efectividad contra enfermedades por experimentos clínicos doble-ciegos. De hecho, la vasta mayoría de los productos homeopáticos jamás han sido probados.

Los proponentes claman a los cuatro vientos algunos resultados "positivos" como prueba de que la "homeopatía funciona". Aun si sus resultados pudieran ser reproducidos consistentemente, lo mas que un estudio de un solo remedio para una sola enfermedad pudiera probar es que ese preciso remedio es efectivo contra esa precisa enfermedad. Esto no validaría las teorías básicas de la homeopatía o probaría que ese tratamiento homeopático sirve para otras enfermedades.

Los efectos placebo pueden ser poderosos, claro, pero el beneficio potencia de aliviar los síntomas con placebos debe ser comparado contra el daño que puede resultar de confiar en - y gastar dinero en - productos inefectivos. La remisión espontánea es también un factor de la popularidad de la homeopatía.

La Homeopatía sostiene que las sustancias que producen síntomas en personas saludables pueden curar síntomas en gente enferma y que diluyendo sustancias las hace más poderosas.
Los defensores también afirman que existen investigaciones que respaldan sus afirmaciones. Pero una mirada más de cerca muestra que esto no es verdad.

Para probar que un tratamiento funciona, es necesario demostrar que es más efectivo que hacer nada. Esto requiere demostrar que a pacientes similares a los que se les aplique el tratamiento les vaya mejor que pacientes a quienes no se les aplique nada. La inmensa mayoría de los productos homeopáticos jamás han sido probados de esta manera.

En nuestras regiones es común encontrar un amplio despliegue en los medios de comunicación sobre los innumerables tratamientos homeopáticos disponibles, muchos son económicamente favorables. Incluso se encuentran testimonios de personas que sin temor a equivocarse, afirman categóricamente que han sido curados por estos remedios. Lo que usted no va a encontrar en dichos medios es el la crifra de muertos a causa de este engaño y que de utilizar los recursos que la medicina de verdad pone a su disposición, hubieran podido sobrevivir.

La mayoría de los reportes en investigación homeopática aparecen en publicaciones que tienen muy poco o ningún reconocimiento científico y que no son fácilmente accesibles.


EL PORQUE DE SU POPULARIDAD Y PROMOCION

Seguramente se estará cuestionando sobre los testimonios de cientos de personas, incluso algunos conocidos muy cercanos, que dan fe de los efectos curativos de los tratamientos homeopáticos. Esto puede explicarse si se tiene en cuenta que en muchos casos, existe un gran componente psicosomático (mental, de sugestión) en el síntoma o en la enfermedad. Los tratamientos son más efectivos cuando la mente presenta una actitud positiva hacia la efectividad.

Sentir que se está mejorando por haber tomado una medicina que cura, aun cuando en realidad se ha ingerido algo inocuo, se denomina efecto placebo.

Dicho efecto se utiliza en laboratorios clínicos de gran trayectoria científica para evaluar la efectividad de los medicamentos. Si el número de pacientes curados o mejorados por una medicina no supera el valor obtenido por los curados o mejorados con un placebo de control, se puede afirmar categóricamente que el compuesto químico no tiene efecto real sobre el paciente. Lo único que causa la mejoría es la sugestión: no es una curación real.

La situación delicada y preocupante ocurre cuando las personas ante las opciones de tratamiento para una enfermedad, optan por la homeopatía. Hay personas hipocondríacas que creen estar siempre enfermas cuando en realidad no lo están y recurren constantemente a estas “botellitas de agua”. Hay personas cuyos padecimientos tienen un fuerte componente psicosomático y son curadas por la predisposición a estar bien y no por el efecto inexistente del tratamiento homeopático. Y definitivamente hay personas que tienen enfermedades graves y el resultado de dicho tratamiento es nulo.

Piense por un momento en este último grupo de personas. Se les diagnostica una enfermedad grave y por cuestiones de educación o de índole económico recurren a tratamientos homeopáticos, con la lamentable pero esperable consecuencia de encontrar ninguna mejoría. Para el momento en que el paciente decida iniciar el tratamiento con medicinas "convencionales”, puede ser demasiado tarde.


EL EFECTO PLACEBO EN LA HOMEOPATIA

El cuerpo humano es una maravilla natural, nuestro sistema inmunológico siempre está creando glóbulos blancos y anticuerpos para luchar contra los visitantes foráneos que quieren invadirnos, nuestras células siempre se están regenerando, y con un buen cuidado y tiempo nos podemos curar automáticamente del 90% de las enfermedades.

Además, muchas enfermedades son cíclicas, es decir, te dan por temporadas: por ejemplo, tu alergia a alguna cosa viene y va. Los resfriados desaparecen en quince días si te cuidas bien. Solo las enfermedades muy graves realmente requieren de tratamientos médicos para mejorar, el resto solo nos sirve para quitarnos las molestias o para ayudar a nuestro cuerpo a ayudarse a sí mismo más rápidamente para así poder seguir con nuestro ritmo de vida cotidiano.

Entonces considera esto: si durante el ciclo de autocuración de tu cuerpo acudes a algún curandero para que te ayude con tu enfermedad (ya sea por medio de acupuntura, homeopatía, reiki, o lo que sea) y con el tiempo te mejoras ¿creerás que te mejoraste solo o que fue debido al remedio? La mayoría de quienes usan estos remedios creen que es gracias al tratamiento ¿por qué? Por la misma razón que la gente lee sus horóscopos o acude a psíquicos: prefieren sentir que están en control de sus vidas y gustosamente aceptan creer en quienes se lo prometen.

Generalmente quienes ofrecen servicios de ayuda alternativa tratan al paciente de una manera más personal, le preguntan qué les gusta comer, cómo duermen, qué problemas tienen, qué música prefieren, etc.

En cambio, los médicos regularmente tienen varios pacientes esperando y no pueden dedicarle tanto tiempo a cada paciente, y si no encuentra nada malo con él, el paciente puede llegar a ofenderse porque no puede aceptar que sea solo algo psicológico. El paciente que quiere ser curado inmediatamente se molesta cuando el médico le dice que el tiempo aliviará el problema.

Los médicos tratan a sus pacientes de manera general porque saben que el organismo regularmente se comporta de igual forma en cada uno de nosotros. Los homeópatas indican a sus pacientes que individualizan sus tratamientos y esto seduce a muchas personas porque las hace sentirse únicas y especiales y se llega a formar un lazo entre los dos quienes luchan contra la enfermedad.

El cuerpo tiene la capacidad de curarse a sí mismo, sin embargo algunas veces el cuerpo reacciona mejor si la persona se siente mejor y con más confianza. Hace tiempo, antes de ser utilizado para experimentos doble ciegos, los placebos servían para mantener al paciente contento. Comúnmente eran pastillitas de azúcar o lactosa (tal y como las que usan los homeópatas) para hacer creer al paciente que estaba tomando un medicamento de verdad y hacerlo sentir mejor.

Se conoce como efecto placebo a la sugestión psicológica causada por algo, como las pastillas de azúcar sin ingrediente activo, y que parece estimular el bienestar de un enfermo, sin ser causa fisiológica, sino mental. Quienes suelen usar cualquier medicina alternativa, como en este caso la homeopatía, han sentido el efecto placebo y atribuyen una y otra vez su mejoría a la terapia que estén utilizando sin darse cuenta que es su propio cuerpo el que se mejora automáticamente y que lo que la terapia solo tiene un efecto psicológico en ellos.

Para terminar y en base a lo anterior un comentario muy popular:
"a mi hijo le hemos curado muchas amigdalitis, faringitis, otitis, etc., con homeopatía"

Sería más preciso decir:
"Hemos asistido como espectadores a como el sistema inmune de nuestro hijo derrotaba una infección tras otra como era de esperar en estas enfermedades cuando no surgen complicaciones"

El día que surja alguna tendrán que recurrir al antibiótico. Los antibóticos esta demostrado que curan, a muchos millones de personas. Hay casos que no, es evidente. La homeopatía está demostrado que no cura. Al menos no más que la ausencia de tratamiento.

En 1999, The Medical Letter on Drugs and Therapeutics, que es el boletín consultivo de medicinas más confiado en la profesión médica, resumió lo que los profesionales deberían decir a sus pacientes:
"El contenido químico de los productos homeopáticos frecuentemente es indefinido, y en algunos está tan diluido que es posible que no contengan nada del material original. Estos productos no han sido probados como efectivos para ninguna condición clínica. No existe ninguna buena razón para usarlos."


Formado de:

Sinopsis de Investigación Homeopática Por Stephen Barret, M.D. con trad. de Lalo Márquez
La "Ley de Infinitesimales" de la Homeopatía Por Stephen Barret, M.D. con trad. de Lalo Márquez
La "Ley de Similares" de la Homeopatía Por Stephen Barrett, M.D. con trad. de Lalo Márquez