27 de septiembre de 2009

Ciclo Mitología Griega II: Edad Heroica: Heracles y Los Argonautas

LA EDAD DE LOS HEROES

La época en la que vivieron los héroes se conoce como edad heroica.

La poesía épica y genealógica creó ciclos de historias agrupadas en torno a héroes o sucesos particulares y estableció las relaciones familiares entre los héroes de las diferentes historias, organizando así las historias en secuencia.

Los sucesos monumentales de Heracles se consideran el comienzo de la edad de los héroes. También se adscriben a ella tres grandes sucesos: la expedición argonáutica y las guerras de Troya y Tebas.

HERACLES

Segundo y ultimo hijo con una mortal de Zeus. Es hijo de Alcmena y bisnieto de Perseo. Puede decirse que fue el más grande de los héroes míticos griegos, siendo su extraordinaria fuerza uno de sus atributos.

Heracles

Un elemento principal a Heracles es el odio que le tiene la diosa Hera, esposa de Zeus. Heracles era hijo de Alcmena, y por tanto su mera existencia demostraba al menos una de las muchas infidelidades del dios. Como venganza por éstas, Hera conspiraba a menudo contra la descendencia mortal de Zeus.

Electrión, hijo de Perseo, rey de Micenas, prometió a su sobrino Anfitrión, rey de Trecén, la mano de su hija Alcmena cuando vengase la muerte de sus ocho hijos varones caídos en una escaramuza contra ladrones de ganado. Poco después Anfitrión mató accidentalmente a Electrión y hubo de huir a Tebas, donde su rey lo purificó. No obstante, Alcmena, que lo había seguido, no quiso yacer con él en tanto sus hermanos estuviesen sin la venganza debida. Anfitrión marchó entonces al combate

Zeus yació con Alcmena tras adoptar la apariencia del marido de ésta, Anfitrión de Tebas, que había dejado su hogar para ir a la guerra. Anfitrión volvió más tarde esa misma noche, y Alcmena quedó embarazada de gemelos.

Por pertenecer a la raza argiva y ser su madre descendiente de Perseo, Zeus en una ocasión se jactó de haber engendrado al próximo rey de Argos.

En la noche en que los gemelos nacieron, Hera, irritada por la infidelidad de su esposo logró convencer a Zeus de que prestara un juramento, se las arregló para que pronunciase las siguientes palabras, "El niño que va a nacer hoy en una familia que lleva mi sangre será el señor de todos los que habiten en torno a él"

Una vez Zeus hubo jurado, Hera corrió a la casa de Alcmena y ralentizó el parto sentándose con las piernas cruzadas y las ropas atadas con nudos. Al mismo tiempo, provocó que su primo Euristeo naciese prematuramente, haciendo así que fuese rey en lugar de Heracles. Habría retrasado permanentemente el nacimiento de Heracles si no hubiese sido engañada por Galantis, su criada, quien le dijo que ya había asistido al niño en el parto. Tras oírlo, Hera saltó sorprendida, desatando así los nudos y permitiendo que Alcmena diese a luz. Uno de los niños, Ificles, era mortal, mientras el otro era el semidiós Heracles.

Zeus intenta calmar la ira de su esposa llamando al niño Heracles que significa "Gloria de Hera", aunque no lo consigue.

Cuando Heracles tiene un año, Hera le manda de regalo dos serpientes. Las serpientes despiertan a los hermanos de Heracles que gritan asustados. Su padre acude corriendo. Y encuentra a Heracles jugando tranquilamente con los cadáveres de las serpientes. Las ha cogido y las ha estrangulado.

Zeus decidido a favorecer a su descendiente, ordenó a Hermes que pusiera al infante en el regazo de Hera, mientras ella dormía, para que este tomase leche de su pecho y se convirtiese en inmortal. La diosa se despertó sobresaltada y un chorro de leche escapó de su pecho formándose con él la Vía Láctea.

Desde su nacimiento Heracles se ganó el odio de la que siempre fue su implacable enemiga, Hera, sin embargo al crecer, fue aprendiendo las diferentes artes de su pueblo: Éurito, le enseñó el manejo del arco; Cascor, le instruyó en las armas; Autólico le entrenó en el arte del pugilato; con Anfitrión aprendió a conducir carros; y Lino le enseñaba música hasta que en un arranque de cólera Heracles lo mató.

Fue juzgado, pero alegando defensa propia pudo evitar una pena, No obstante, Heracles era de naturaleza cortés, y que luego se arrepentía de sus accesos de cólera, y así fue el primer mortal que espontáneamente devolvió sus muertos al enemigo para que los lloraran y les rindieran honras fúnebres.

A los dieciocho años acometió la cacería de un león que asolaba las tierras de Anfitrión y de su vecino el rey Tespio. La cacería duró cincuenta días durante los cuales el héroe se hospedó en la casa de Tespio. Éste tenia cincuenta hijas, noche tras noche el rey las introducía en el lecho de Heracles para obtener descendientes de él. De estas noches nacieron los cincuenta Tespíadas.

Cuando regresaba a Tebas después de matar al león, Heracles se topó con unos emisarios de Orcómeno a los que Tebas debía pagar un tributo por una antigua disputa. El héroe les cortó las orejas y la nariz y los envió de regreso a su patria. La respuesta de Ergino, soberano de Orcómeno, no se hizo esperar y pronto apareció con la intención de invadir Tebas. Heracles le derrotó y a partir de aquel momento Orcómeno tuvo que pagar el doble del tributo antes establecido para Tebas. En agradecimiento al servicio prestado a la ciudad, Creonte, rey de Tebas, casó al héroe con Mégara, su hija mayor y a Íficles con su hija pequeña.

En un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Al despertar y descubrir los terribles actos que había cometido, sintió un terrible dolor, y no quiso continuar viviendo con Mégara

Se dirigió a Delfos donde la Pitia le aconsejó que primero se cambiase el nombre. Al nacer nuestro a héroe le pusieron como nombre Alcides, que significa descendiente de Alceo.

Después debía encaminarse a Argos y ponerse al servicio de Euristeo. Tras terminar unos trabajos que éste le impondría se consideraría purificado y se le concedería la inmortalidad.

Antes de ponerse al servicio de Euristeo, Heracles fue convenientemente equipado por los dioses. Atenea le regaló una túnica, Hefesto una armadura, Hermes una espada, Poseidón caballos y Apolo un arco y unas flechas envenenadas. Aunque los regalos eran magníficos, Heracles generalmente utiliza como toda arma una clava y un arco que se fabricó el mismo y se cubre con la piel de un león.

La sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo diez trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba. Heracles llevó a cabo todos ellos con éxito, pero Hera le dijo a Euristeo que estimase que en dos de los trabajos había fallado, pues había recibido ayuda, por lo que ordenó dos más, que Heracles también completó, haciendo un total de doce.

LOS DOCE TRABAJOS DE HERACLES

I. EL LEON DE NEMEA

El primer trabajo que Euristeo le encomendó fue que trajera la piel del León de Nemea.

Heracles salió en su búsqueda muy bien armado.

Cuando encontró al León, le disparó todas sus flechas, pero la piel era tan gruesa que no logró atravesarlo.

Entonces recurrió a su enorme maza y le pegó con ella en la cabeza mientras profería toda clase de gritos.

El León, confundido, se metió en su cueva. Esta cueva, cavada en la montaña tenía dos entradas. Heracles, juntó muchas rocas y las amontonó sobre una de las entradas hasta taparla totalmente y luego entró a la cueva armado de una flecha de acero afilada y su potente maza.

Cuando el león lo vio, abrió su enorme boca, mostrando sus afilados dientes, con las crines de su espalda de punta.

Heracles, entonces, se abalanzó descargando la maza sobre la cabeza del león dejándolo mal herido pero todavía vivo. Luego se trenzó en una lucha cuerpo a cuerpo. Con sus potentes brazos, lo apretó hasta asfixiarlo por completo.

Una vez muerto el león, le arrancó la piel y se la colocó sobre sus hombros como si fuera una coraza y volvió ante la presencia de Euristeo. Acudio a Micenas con su botín, pero Euristeo se asustó tanto al verlo, que le ordenó que en lo sucesivo dejase sus trofeos a las puertas de la ciudad

leon de nemea

II. LA HIDRA DE LERNA

Esta vez Euristeo le pidió a Heracles que matase la Hidra de Lerna. Se trataba de una serpiente con innumerables cabezas que se reproducían al ser cortadas y que exhalaban un vaho mortal.

Para lograr esta difícil tarea, Heracles le pidió ayuda a su fiel compañero Yolao.

Cuando llegaron a la laguna de Lerna, Heracles disparo sus flechas para obligarla a salir del agua.

Cuando la temible Hidra finalmente apareció, Heracles le aplastó la cabeza con su maza. Pero de cada gota caída de la sangre de la hidra, renacían dos nuevas cabezas de pequeñas hidras que crecían a gran velocidad. Como la lucha era feroz y se volvía interminable por la rápida reproducción de las hidras, le pidió a Yolao:-¡Pronto, Ayúdame! Arma una Tea con la rama de un árbol de ese bosque y quema las cabezas de hidra apenas nacen.

Yolao, hizo lo que Heracles le dijo y así fue quemando las cabezas una por una, impidiendo que se desarrollaran.

Cuando a la hidra le quedó solo una cabeza, Heracles la cercenó y luego la cortó en muchos pedazos que luego enterró.

Heracles, antes de retirarse, sumergió sus flechas en la sangre ponzoñosa de la hidra. Ahora contaba con flechas envenenadas. Euristeo se negó a contabilizar este trabajo porque el héroe había contado con la ayuda de su sobrino Yolao.

hidra de lerna

III. LA CIERVA DE CERINEO

Apenas terminó con la hidra, el rey Euristeo lo mandó a traer viva a la cierva del monte Cerineo, que estaba consagrada a la diosa Artemisa. Tan solo tocarla constituía un sacrilegio

Esta cierva, tenía cuernos de oro y patas de bronce. Nadie logró alcanzarla ya que nunca se cansaba de correr.

Heracles estuvo todo un año persiguiéndola, hasta que un día la siguió hasta un río. Como estaba muy crecido, la cierva no se animó a cruzarlo. Entonces, Heracles la tomó por sorpresa, la agarró por los cuernos, le ató las patas, la cargó sobre sus hombros y la llevó sana y salva ante Euristeo.

cierva de cerinia

IV. EL JABALI DE ERIMANTO

Euristeo le ordenó que fuera en busca del jabalí de Erimanto y lo trajera vivo.

Heracles partió a buscarlo con sus armas habituales.

Lo más difícil era encontrarlo, ya que la temible bestia se escondía muy bien, y solo salía de su escondite para sembrar el pánico entre los habitantes de Arcadia.

Heracles revisó uno por uno cada arbusto y revolvió las malezas hasta que lo encontró. El jabalí huyó y Heracles fue tras él atravesando valles y montañas sin descansar.

Heracles vió un desfiladero sin salida y logró que el jabalí, ya agotado se internase para reposar . Heracles aprovechó ese momento para capturarlo, le sujetó las fauces de afilados colmillos, le ató las patas y lo cargó sobre su ancha espalda para depositarlo a los pies de Euristeo.

jabali de erimanto

V. LAS AVES DE ESTINFALO

Euristeo le ordeno luego a Heracles que exterminara los pájaros del pantano de Estinfalo.

Estos Pájaros tenían el pico y las patas de bronces y sus plumas exteriores eran como dardos de acero. Destrozaban todas las cosechas y comían carne de humanos y rebaños. Eran el terror de la región.

Cuando Heracles intentó cazarlos lanzando sus afiladas flechas, estas rebotaban en las plumas de acero exteriores que hacían las veces de una armadura. Solo eran vulnerables en su parte interna, o sea en su pecho.

Heracles no podía atravesar el pantano nadando porque estaba lleno de barro y tampoco podía caminar sobre él porque se hundía en el barro por su propio peso.

La diosa Atenea, viendo su desesperación y con la intención de ayudarlo le entregó un címbalo, luego le dijo: -¡Sacúdelo!

Heracles entonces, sacudió el címbalo y los pájaros se echaron a volar, descubriendo el pecho vulnerable.

Allí Heracles que era un magnífico arquero, disparo sus flechas y los exterminó a todos.

aves de estinfalo

VI. LOS ESTABLOS DE AUGIAS

El Rey de la Elida, Augías tenía unos establos muy sucios.

Tenía muchísimos rebaños de bueyes y nadie los había limpiado en treinta años. El estiércol se había acumulado y despedía un olor nauseabundo que se propagaba a toda la región.

Heracles vió que la tarea era muy difícil de cumplir porque los establos eran enormes ya que había más de treinta mil animales.

Heracles le prometió a Augías limpiar sus establos en un solo día, si a cambio él le daba la décima parte de su ganado o le entregaba parte de su reino según otras versiones.

Una vez cerrado el trato, ayudado por de Yolao derribó las paredes de los establos y después desvió las corrientes de los ríos Alfeo y Peneo, que con sus aguas arrastraron el estiércol. Sin embargo Augias se negó a pagarle, por lo que más tarde Heracles le declaró la guerra. Para colmo Euristieo no contabilizó el trabajo arguyendo que había realizado la hazaña para percibir un salario.

establos de augias

VII. EL TORO DE CRETA

Euristeo, rápidamente le encomendó otro trabajo a nuestro héroe, Heracles.

Esta vez le pidió que acorralara, capturara y trajera a Mecenas al temible Toro de Creta. Una empresa nada fácil.

Heracles se embarcó rumbo a la isla de Creta.

Una vez allí, buscó al toro hasta encontrarlo. Luego lo persiguió hasta introducirlo en un bosque.

Heracles trepó a un árbol y espero que el toro pasara y se arrojó sobre el lomo del animal. Después de una fuerte lucha cuerpo a cuerpo, logró colocarle un anillo en la nariz y arrástralo a través del agua hasta depositarlo frente a Euristeo.

Euristeo quiso dedicárselo a Hera, pero como la diosa no aceptó la ofrenda, el animal fue puesto en libertad y llegó al Ática, donde Teseo lo encontró en la llanura de Maratón.

toro de creta

VIII. LAS YEGUAS DE DIOMEDES

Euristeo, le encargó otra difícil tarea a Heracles. Esta vez debía traerle los caballos de Diomedes.

Diomedes, era hijo de Ares, era muy sanguinario. El tenía un establo con una manda de caballos que escupían fuego por la boca. Diomedes, los alimentaba con los extranjeros náufragos que llegaban a las playas de la isla.

Las yeguas de Diomedes que tenia que atrapar se llamaban: Podargo (veloz), Lampón (resplandeciente), Janto (alazana) y Deino (terrible).

Cuando llegaron, se dirigieron inmediatamente a los establos de Diomedes, Atacaron a los sirvientes que cuidaban el establo y luego fue en busca de Diomedes para arrojarlo en medio del pesebre de bronce donde comían los caballos. De esa manera sufriría en carne propia el mismo castigo que empleaba con los pobres náufragos. Los caballos lo devoraron al instante. Después de comer se volvieron mansas y el héroe pudo uncirlas al carro de Diomedes y trasladarse de esta manera a Micenas.

Mas tarde, los condujo con la ayuda de sus amigos hasta el palacio de Euristeo.

yeguas de diomedes

IX. LAS AMAZONAS Y EL CINTURON DE HIPOLITA

Para regalárselo a su hija Admete, Euristeo pidió a Heracles que le trajese el cinturón de la reina de las amazonas. Era un cinturón de oro, que Ares le había regalado a su hija Hipólita y que simbolizaba el poder de esta reina sobre las amazonas.

La leyenda tiene multitud de variantes, la versión más extendida cuenta como el héroe arribó en el puerto de Temiscira acompañado de otros héroes entre los que se encontraban Yolao, Telamon, Peleo y Teseo. La reina prendada de Heracles accedió a entregarle el cinturón como prenda de amor. Pero Hera metamorfoseada en amazona inició una disputa entre ambos bandos. Heracles creyéndose traicionado, mató a Hipólita.

En su camino de regreso Heracles hizo un alto en Mariandino, donde participó en unos juegos fúnebres en honor a Priolao, un hermano del rey Lico. Durante un combate de pugilato mató a Ticia, campeón de la ciudad. Como compensación, libró una serie de batallas contra los enemigos de Lico. Pero apenas el héroe abandonó Mariandino, el rey Ámico les arrebató los terrenos que para ellos había ganado Heracles.

Después pasó por Troya, donde liberó a Hesíone de un monstruo al que iba a ser sacrificada.

Por fin Heracles consiguió llegar a Micenas donde entregó el cinturón.

cinturon de hipolita

X. LOS TOROS DE GERION

Geríones era hijo de Crisaor y Calírroe. Tenia tres cabezas, seis brazos y tres cuerpos unidos por la cintura, además se le consideraba el hombre más fuerte del mundo. Poseía en la isla de Eritia, una manada de bueyes rojos que eran pastoreados por un hijo de Ares llamado Euritión y por el perro bicéfalo Ortro, hijo de Tifón y Equidna.

Heracles en este trabajo debía robar los bueyes de Geríones. Para llegar a la isla de Eritia obligó a Helios, amenazándole con sus flechas, a que le prestara la copa con la que el dios se trasladaba cada noche de Occidente a Oriente. Una vez en tierra, abatió primero a Ortro y después a Euritión con sus flechas. Menetes, pastor que guardaba los rebaños de Hades, presenció la reyerta y avisó a Geríones de lo acontecido. Éste también cayó bajo las flechas del héroe. Heracles se embarcó de nuevo en la copa, esta vez con los bueyes.

Durante este viaje Heracles realizó numerosas hazañas. Construyó las famosas columnas de Hércules, situadas una en el Peñón de Gibraltar y otra en el de Ceuta. Luchó con Monstruos. Fue asaltado por bandidos. En Ligurgia, capitaneados por Ligis, fue atacado por tal numero de indígenas que se quedó sin flechas, Zeus para ayudarle hizo caer una lluvia de piedras. También en Ligurgia tuvo que enfrentarse con los bandidos Alebión y Dércino, que intentaron en vano robarle la manada. En Regio uno de los bueyes huyó y llegó al país de los élimos, donde el rey Érix intentó quedarse con el animal, murió a manos de Heracles mientras Hefesto le cuidaba el resto de la manada. Ya en la ribera helénica, Hera envio unos tábanos que atacaron a los bueyes, enfurecidos se dispersaron por los montes tracios. El héroe se dispuso a buscarles, mientras lo hacia se topó con el río Estrimon que estorbó su camino, por lo que llenó el cauce del río de piedras. A pesar de su empeño solo pudo recuperar parte de los animales.

Al llegar a Micenas, Euristeo sacrificó lo que quedaba de la manada en honor a Hera.

toros de gerion

XI: LAS MANZANAS DE ORO DEL JARDIN DE LAS HESPERIDES

En su siguiente trabajo se le encomendó robar las manzanas de oro que nacían de un árbol regalado por Gea, a Hera, con motivo de sus esponsales con Zeus. Estas manzanas áureas proporcionaban la inmortalidad. La diosa había plantado el árbol en un jardín divino que se hallaba en la ladera del monte Atlas. Las Hespérides se encargaban de cuidar el árbol. Para proteger el árbol y vigilar los posibles hurtos de las Hespérides, Hera situó al dragón Ladón junto al árbol.

La primera dificultad con la que se topó el héroe fue averiguar dónde se encontraba el famoso jardín. Para ello primero se dirigió hacia Macedonia, donde luchó y venció a Cicno. En Iliria consultó a unas ninfas que le indicaron que solo Nereo podría desvelarle la situación del jardín. Le llevaron ante Nereo y aunque el dios para desasirse del abrazo de Heracles se metamorfoseó de mil maneras diferentes, el héroe no consintió en soltarle mientras no le mostrase el camino que debía seguir. Camino del jardín luchó con Busiris. En Asia mató a Ematión. Y a su paso por el Cáucaso liberó a Prometeo, con el consentimiento de Zeus, matando con una flecha al águila que todas las mañanas le roía el hígado. En agradecimiento Prometeo le aconsejó que no arrancase las manzanas con sus propias manos.

Una vez en el jardín de las Hespérides, siguiendo el consejo de Prometeo, le pidió a Atlante que cogiese las manzanas, mientras él sujetaba la bóveda terrestre en lugar del titán. Cuando Atlante tuvo las manzanas, comunicó al héroe, que él mismo llevaría las manzanas a Micenas. Heracles utilizando la astucia, se mostró de acuerdo, pero le pidió al titán que sujetase durante un momento la bóveda mientras el se colocaba una almohada para estar más cómodo. Una vez que el cándido titán tomó de nuevo el peso sobre sus hombros, Heracles cogió las manzanas y echó a correr.

Otra versión cuenta que Heracles consiguió las manzanas sin la ayuda de Atlante. Mató o durmió a Ladón y las Hespérides fueron transformadas en árboles.

Una vez en Micenas, Euristeo devolvió las manzanas a Hera, que las puso de nuevo en el jardín.

jardin de hesperides

XII. EL CAN CERBERO

Esta fue la empresa más difícil que encomendaron a Heracles. Cérbero era un perro con tres cabezas y cola de serpiente que guardaba la entrada del Hades. El héroe debía llevar al can a Micenas.

Para prepararse para este trabajo Heracles tuvo que ser iniciado en los misterios de Eleusis, Museo ejerció de padrino. Antes de bajar al Hades Eumolpo le informó de que el dios de los infiernos le permitiría llevarse al perro si conseguía dominarlo sin ayuda de armas.

Acompañado por Atenea y Hermes penetró en el mundo de los muertos. Las almas huían a su paso, solo Meleagro y Medusa le hicieron frente. Hermes le convenció de que no atacase a Medusa, pues solo era un espectro. Con Meleagro estuvo charlando un rato y tan desdichada le pareció su historia, que para compensarlo le prometió casarse con la hermana de este, Deyanira.

Después se topó con Teseo, Pirítoo y Ascáfalo. Logró liberar a Teseo y a Ascáfalo pero se le prohibió liberar a Pirítoo. En su recorrido por el Hades observo la sed que padecían los condenados, que solo podía ser saciada con sangre, para remediar su mal mató a varias vacas del rebaño del Hades. A Menetes, un pastor que intentó detenerlo, le rompió las costillas.

Por fin llegó a presencia del soberano del Hades, que le concedió permiso para llevarse al animal. Como había prometido, Heracles atrapó al animal con la única ayuda de sus manos y lo llevó a Micenas. Euristeo al verlo corrió aterrorizado a refugiarse en su jarra. No sabiendo que hacer con él Heracles devolvio al perro a su legitimo dueño, que lo restituyó en su puesto.

can cerbero

ANECTDOTAS Y MUERTE

ONFALE

Libre ya del vasallaje hacia Euristeo, se dirigió a Eucalia donde el rey Éurito había prometido la mano de su hija a quien le venciese a él y a sus hijos en una prueba de arco. Heracles ganó, pero el rey temiendo que se repitiese su acceso de locura, le negó el premio.

Ofendido, el héroe prometió vengarse. Al partir, se llevó consigo algunas yeguas del soberano. Ífito, uno de los hijos de Éurito, salió en su busca para recuperar los animales y Heracles lo mató. Entonces el héroe buscó purificación de este asesinato en la corte del rey Neleo, pero este se la denegó. acudió después a Amiclas donde fue purificado del asesinato por el rey Deífobo

Una vez purificado, se dirigió al oráculo de Delfos en busca de ayuda para curase de sus accesos de ira. Se le dijo que debía venderse como esclavo durante tres años y entregar el dinero de la venta a la familia de Ífito.

Fue vendido por Hermes a la reina de Lidia, Ónfale. En este periodo, Heracles se enfrentó a los cercopes mellizos Pasalo y Acmón, que transformados en moscas le impedían dormir con su incesante zumbido; luchó contra Sileo, que obligaba a los extranjeros a trabajar en sus tierras; arrasó la ciudad de los lidios, cuando éstos comenzaron a saquear el territorio de Ónfale; venció al rey Litierses de Celenes en una competición, en la que el rey decapitaba a los perdedores; junto al rió Safaris, mató a una gigantesca serpiente que atacaba a los sirvientes y a las cosechas de Ónfale. Con esta reina Heracles tuvo a Lamo, a Agelao y a Laomedonte.

Transcurrido el tiempo pactado y después de librar las posesiones de la monarca de bandidos y monstruos, la reina lo liberó muy satisfecha de él colmándole de regalos a su partida.

GIGANTOMAQUIA

Durante la lucha de los olímpicos contra los gigantes, el oráculo manifestó que los primeros ganarían la contienda siempre que un mortal fuera su aliado. Así pues, el elegido fue Heracles. Atenea se encargó de llevarlo hasta Flegas, escenario de la batalla. El héroe junto con Apolo hirió a Efialtes en un ojo. Después a travesó con una fecha al cabecilla de los gigantes, Alcioneo, pero éste se levantó con fuerzas renovadas. Advertido por Atenea de que el gigante sacaba su energía de la tierra y que por lo tanto en su tierra no podría vencerle, lo llevó en hombros hasta Beocia donde lo mató. Remató a Porfirión, a quien Zeus ya había alcanzado con su rayo.

AUGIAS

Tras limpiar los establos del rey Augías, éste se negó a pagarle el salario convenido y después lo expulsó de la Élide.

Para vengarse, Heracles reunió un ejercito formado por arcadios y se lanzó contra la Élide. Pero fue derrotado por los moliónidas, unos sobrinos de Augías llamados Éurito y Ctéato a los que el soberano había situado al frente de su ejercito. En la batalla Ificles fue herido de gravedad y Heracles puesto a la fuga. Más tarde el héroe preparó una emboscada a los moliónidas y los mató. Después organizó otra expedición en la que tomó la ciudad, mató al rey Augías y puso en el trono a Fileo.

Tras esta expedición Heracles instituyó los Juegos Olímpicos y construyó en el recinto sagrado de Olimpia un santuario dedicado a Pélope.

PILOS

Heracles estaba resentido con el rey de Pilos, Neleo, porque se había negado a purificarle de la muerte de Ífito.

Neleo tenía doce hijos, el mayor se llamaba Periclímeno y el pequeño Néstor. Periclímeno había pedido a su padre la expulsión del héroe, mientras que Néstor apoyó su petición de purificación.

Heracles atacó la ciudad y mató a Neleo y a todos sus hijos con excepción de Néstor. Lo más relevante de este episodio, es la lucha que el héroe mantuvo con Periclímeno, que como descendiente de Poseidón tenía la facultad de metamorfosearse. Para desaparecer de la vista de Heracles se transformó en una abeja, pero Atenea le avisó de la transmigración y éste le mató.

ESPARTA

En Esparta reinaba Hipocoonte junto a su numerosa prole, los hipocoontidas, que había expulsado del trono a los legítimos herederos Icario y Tindáreo.

Encontramos tres posibles motivos para esta empresa. Según unos, Heracles deseaba restituir el trono a Icario y Tindáreo. Otras versiones relatan que se trató de un desquite por la ayuda que Hipocoonte prestó a Neleo. O que con esta guerra vengaba a un familiar suyo llamado Eono, muerto a manos de los Hipocoontidas.

Con un ejercito de arcadios y la ayuda del rey Cefeo y sus hijos, Heracles atacó Esparta. En la batalla perecieron Cefeo, sus hijos e Íficles. Heracles fue herido en una mano y curado por Asclepio. A pesar de todo venció y entregó el trono a Tindáreo.

Al finalizar esta guerra erigió un templo en honor a Atenea y otro en honor a Hera, para agradecerle no haberle perjudicado en esta ocasión.

TESALIA

Heracles abandona el Peloponeso, donde hasta ahora se habían desarrollado sus aventuras y se dirige a Tesalia.

Por encargo del rey Egimio, organizó una campaña contra los lapitas. Habían acosado hasta tal punto al soberano, que éste prometió al héroe la tercera parte de su reino si le libraba de ellos. Tras su victoria, Heracles renunció al premio a favor de los heraclidas.

Luego emprendió una venganza contra los driopes. Su animadversión contra este pueblo, se debía a que cuando Heracles y Deyanira fueron expulsados de Calidón junto a su hijo Hilo, pidieron comida al rey Tiomante y éste se la negó. Heracles tomó entonces uno de los bueyes del rey y lo sacrificó para comerlo. Llegaron los hombres de Tiomante y se entabló una lucha en la que participó la propia Deyanira, siendo herida en el pecho. Tiomante murió en el enfrentamiento. Cuando Heracles se enfrentó nuevamente a los driopes mató a su nuevo rey, Laógoras.

Después Heracles tomó la ciudad de Orminio y mató a su rey Amintor. Según unas versiones, esta campaña la inició el héroe debido a que este rey le negó el paso por su territorio. O quizás porque Heracles había tenido la osadía de solicitar la mano de Astidamía, hija de Amintor, a pesar de estar ya casado con Deyanira. En esta versión de la leyenda, Heracles se llevó como botín a la muchacha y con ella engendró a Ctesipo.

ALCESTIS

Según una de las versiones, cuando Heracles iba en busca de las yeguas de Diomedes, pasó por palacio del rey Admeto justo el día en que Alcestis, la esposa del rey, acababa de morir. Pero el soberano que no deseaba faltar a las leyes de la hospitalidad, le ocultó la desgracia y le festejó como se merecía. Cuando el héroe se enteró de la triste noticia, bajó a la cámara donde se encontraba Alcestis, apresó al genio de la muerte, le obligó a soltar el alma de la reina y así le devolvio la vida.

PROMETEO

Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y le liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, al proporcionar la liberación más gloria a Heracles.

Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.

Agradecido, Prometeo reveló a Heracles el modo de obtener las manzanas de las Hespérides.

BUSIRIS

Busiris era el rey de Egipto, para garantizar la prosperidad de su pueblo, anualmente sacrificaba en honor a Zeus a un extranjero. A su paso por Egipto, Heracles fue elegido como víctima propiciatoria. En el momento en el que el rey le iba a clavar el cuchillo ceremonial, el héroe rompió las ligaduras que lo sujetaban al altar y mató a Busiris.

ANTEO

Anteo era un gigante, hijo de Gea, que habitaba en el istmo de Corinto. Desafiaba a un combate a muerte a los extranjeros que se cruzaban en su camino. Era invencible, pues cuando caía a tierra su madre le insuflaba nuevas energías y se levantaba del suelo como si acabase de comenzar la lid. Cuando Heracles se dio cuenta, lo levantó por los aires y allí lo ahogó.

MUERTE

Su tercer matrimonio fue con Deyanira, por quien tuvo que luchar con el dios río Aqueloo. Poco después de su boda, Heracles y Deyanira tuvieron que cruzar un río, y un centauro llamado Neso se ofreció a ayudar a cruzar a Deyanira, pero entonces intentó violarla. Enfurecido, Heracles disparó una flecha envenenada (de la hidra de Lerna) al centauro desde la otra orilla.

Neso arrancó la flecha de su pecho y le dijo Deyanira, "Si mezclas el semen que he derramado en la tierra con la sangre de mi herida, le añades aceite de oliva y untas secretamente la camisa de Heracles con la mezcla, no volverás a tener motivos para quejarte de su infidelidad"

Deyanira había soportado siempre con paciencia las frecuentes infidelidades de su esposo, pero cuando Yole se cruzó en el camino del héroe, Deyanira ya no era tan joven. Temiendo que la repudiara, impregnó una camisa que Heracles le había pedido, para realizar un sacrificio en honor a Zeus, con el ungüento que le indicó el centauro Neso.

Cuando la camisa entró en contacto con la piel se pegó a ella produciéndole tal dolor, que al intentar arrancársela, con ella se arrancaba la piel dejando al descubierto los huesos. Al descubrir Deyanira lo que había hecho se ahorcó.

Heracles murió voluntariamente, pidiendo que se le construyera una pira para acabar con su agonía. Tras su muerte en esta pira los dioses le hicieron inmortal, o el fuego quemó la parte mortal del semidiós, quedando sólo la parte divina.

De allí lo recoge Atenea, que lo lleva al Olimpo, donde se reconcilia con Hera y vivirá para siempre como inmortal con Hebe, la diosa de la juventud.

Nadie sino el amigo de Heracles, Filoctetes, podía prender su pila funeraria, y por esta acción recibió su arco y sus flechas, que más tarde necesitaron los griegos para derrotar a Troya en la Guerra de Troya

SU RELACION CON EL CICLO TROYANO

Apolo, Poseidón y Hera en una ocasión se rebelaron contra el poder de Zeus intentando derrocarlo. Debido a este hecho, Apolo y Poseidón fueron castigados por Zeus a trabajar para el rey Laomedonte de Troya.

Por encargo del rey, los dos dioses junto con Éaco, construyeron las magnificas murallas que protegían Troya. Una vez finalizado el trabajo, el monarca se negó a pagarles el salario que anteriormente habían convenido, incluso amenazó con cortarles la nariz y los expulsó de sus dominios. Cuando Apolo y Poseidón, una vez terminado el castigo, recobraron sus prerrogativas de dioses, se dispusieron a vengarse. Apolo envio una peste a la ciudad y Poseidón un monstruo marino que atacaba a sus gentes.

Mientras retornaba a Micenas para entregar el cinturón de Hipólita, Heracles pasó por Troya. En ese momento Hesíone, hija de Laomedonte, iba a ser entregada a la voracidad del monstruo marino, para aplacar la ira de los dos dioses. El héroe prometió al desconsolado padre salvar a la muchacha, a cambio de los caballos que un día Zeus le entregó a Laomedonte, como compensación por el rapto de Ganímedes. Una vez muerto el engendro, el rey intentó engañarlo entregándole otros caballos. Heracles se marchó prometiendo vengarse.

Una vez terminados los doce trabajos y la servidumbre hacia Ónfale, reunió un ejercito para asaltar Troya. Llevaba a Telamón, rey de Salamida, como lugarteniente. Tomó la ciudad y mató a Laomedonte junto a sus hijos con excepción de Hesíone y de Podarces, el pequeño. Hesíone fue entregada en matrimonio a Telamón y Podarces fue salvado de la esclavitud por su hermana, que lo pidió como regalo de bodas. Desde ese momento el pequeño cambió su nombre de Podarces, a Príamo, nombre con el que luego se ha hecho famoso. Heracles al marcharse, dejó el trono de la ciudad en manos de Príamo

II. JASON Y LOS ARGONAUTAS

EL VELLOCINO DE ORO

Atamante, rey de la ciudad de Orcómeno en Beocia tomó como primera esposa a la diosa nube Néfele, con quien tuvo dos hijos, Hele y Frixo.

Atamante, dejándose llevar por las insinuaciones de Ino, quien era hija de Cadmo, y que deseosa de echar a Nefeli y de casarse con él cedió a sus deseos, convirtiendo a Ino en su esposa y en una mala madrastra para los niños. Su odio hacia ellos, la llevó a diseñar un plan: convenció a las mujeres del lugar para que hornearan las semillas que se almacenaban para la siembra. Tales semillas, como era de esperar, luego de plantadas, no dieron fruto y cayó gran pobreza en la región.

Atamante envió a sus emisarios a Delfos para consultar el oráculo y que los dioses decidieran lo que debían hacer. Ino interceptando y sobornando a los enviados, debían comunicar el siguiente augurio: que para que la tierra volviera a dar frutos, era necesario el sacrificio de Frixo, al dios Zeus.

Entonces el pueblo se sublevó y pidió al rey que cumpliera con el oráculo. Atamante cedió a la presión popular y Frixo se dirigía al altar de sacrificios cuando su madre, Nefeli, les envió un cordero de dorado vellón.

Frixo y Hele montaron en el lomo del animal que los llevó muy lejos de allí. Pasando por la península trácica Hele se agachó para mirar algo, se mareó y cayó en las aguas del Ponto, que desde entonces se llamó Helesponto (el mar de Ponto).

Frixo llegó solo a Cólquide, donde reinaba el rey Eeetes, hijo de Helios y de la oceánide Perse, y hermano de la maga Circe. En este sitio sacrificó al carnero en acción de gracias a Zeus y pidió la protección de Eetes. El rey de Cólquide le casó con su hija y Frixo le regaló el vellocino de oro (la piel del cordero). El rey lo colgó de un roble en el bosque ofrendado al dios Ares y custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía.

JASON

En Yolco reinaba Pelías, hijo de Poseidón y de Tiro, que astutamente había destronado a su hermanastro Esón.

Esón, temeroso de que su malvado hermanastro asesinase a su hijo Jasón, que era el verdadero heredero del trono, le buscó refugio en la cueva del centauro Quirón, en el monte Pelión y le confió su crianza y formación.

Cuando Jasón cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía.

Al llegar, Jasón se encuentra con que debe atravesar un río. Una anciana le pide ayuda. Él la coge en brazos y pasan el río. Esta anciana no es otra que Hera que a partir de entonces es su protectora.

La corriente se ha llevado una de sus sandalias, pero aún así se presenta ante Pelias.

Cuando Jasón se presentó en Yolco con una sandalia, el rey Pelías quedó muy desconcertado, pues un antiguo augurio del oráculo le había advertido que alguien con una sola sandalia, que bajaría del monte, le destronaría y mataría.

Cuando el sobrino de Esón pretendió la corona que le pertenecía por derecho legítimo, el astuto Pelías afirmó entonces haber visto en sueños a Frixo, que clamaba volver a su lugar de origen y pedía lo mismo para el vellocino de oro, que estaban el Cólquide, en el reino de Eetes. Rogó al joven Jasón que cumpliera con este vaticinio y dispuso la construcción de una nave para emprender el viaje. Jasón debía organizar la expedición con el fin de aliviar el alma de Frixo y cumplir su deseo. Pelías prometió y juró por los dioses que a la vuelta de Jasón a Yalco, con el vellocino de oro, le devolvería su derecho al trono.

LOS ARGONAUTAS

Jasón aceptó la propuesta de Pelias y empezó a prepararse para el viaje. Ordenó a Argo, arquitecto y constructor de navíos, la fabricación de una nave de cincuenta remos. La embarcación resultó espléndida como ninguna otra de la época. Gracias a un trozo de madera procedente del roble sagrado del oráculo de Dodona, regalo de la diosa Atenea, el navío podía hablar y tenía el don de la profecía.

Mientras se dotaba la nave, el centauro Quirón aconsejó a Jasón que enviara heraldos por toda Grecia para invitar a los jóvenes más valientes y valerosos de aquellos tiempos a participar en este largo viaje.

Así, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos organizó la expedición. El navío recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron. Reunidos, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.

argonautas

EL VIAJE

Tras haber realizado un sacrificio en honor de Apolo, los Argonautas embarcaron en la costa de Págasas, y se pusieron en marcha con favorables presagios.

No mucho después llegaron a la isla de Lemnos, donde sólo habitaban mujeres. La reina, Hipsípila, que se enamoró de Jasón, le contó que las mujeres de la isla habían sido castigadas por la diosa Afrodita, al no rendirle culto, impregnándolas de un olor tan desagradable que los hombres las habían rechazado, uniéndose con mujeres de las islas vecinas. En venganza, las lemnias mataron a los hombres de la isla. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.

el viaje

Después de pasar por Samotracia, entraron en el Helesponto y llegaron al reino de Cício, a la tierra de los Doliones, donde el rey y sus súbditos los acogieron con hospitalidad. Se hicieron a la mar, pero los vientos les regresaron al mismo lugar.

jason y los argonautas

Por un fatal malentendido, el rey cree que están invadiendo Cício y los argonautas se defienden. En la oscuridad de la noche ninguno de los amigos se reconoce. Por la mañana se descubre la verdad. Los dos bandos se unen en su dolor mutuo y entierran a los muertos, incluido el joven rey y su esposa que se ha suicidado por la muerte de éste. Los hombres de los dos frentes, arrepentidos, honraron a los caídos.

En las costas de Mísia, donde llegaron los Argonautas, las ninfas se apoderaron de Hilas, el querido amigo de Heracles, al enamorarse una de él. Heracles y Polifemo fueron en su ayuda y el viaje siguió sin ellos.

En el país de los bébrices, su rey, Amico, se dedicaba a retar a los extranjeros a un combate pugilístico en el que siempre vencía. Uno de los argonautas, Pólux le reta y vence.

Llegaron a Salmideso donde encontraron a Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse, esto por hacer predicciones demasiado ajustadas a la realidad, ya que los videntes tiene prohibido que sus profecías muestren el futuro con claridad para que los hombres no sean como los dioses. Zetes y Calais acaban con ellas.

Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.

Fineo les aconsejó que para saber si podían pasar o no, soltaran una paloma; si ésta conseguía pasar el escollo, ellos también lo harían, de lo contrario, que no se atrevieran. Al llegar a los escollos, los Argonautas lanzaron uina paloma, que logró pasar perdiendo únicamente las plumas de la cola; así cruzó también Argo, sufriendo sólo ligeros daños en la popa.
Después de muchas peripecias, Argo y su tripulación llegaron a las tierras del rey Eetes.

Una vez en Cólquida. Jasón anunció su propósito. El rey le dijo que le dejaría llevarse el vellocino de oro si antes lograba cumplir algunas pruebas: uncir a los dos toros que custodiaban el vellocino, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino.

En el Olimpo, Atenea y Hera llegan a la conclusión de que lo mejor para Jasón es que Medea, hija de Eetes y hechicera consumada, ayude al héroe. Van a visitar a Afrodita y la convencen para que su hijo Eros dispare una de sus flechas contra Medea y la enamore de Jasón.

Afrodita soborna a su hijo y éste cumple la misión. Medea muere de amor por Jasón y le ayuda en sus pruebas a pesar de traicionar a su padre, con la condición de que al final la tome como esposa.

Medea le entregó un ungüento mágico para cubrirse el cuerpo y su escudo antes de que se enfrentara a los toros. Este bálsamo lo haría invulnerable por un día, al fuego y al hierro. Le advirtió además que los dientes del dragón apenas sembrados se convertirían en soldados armados listos para acabar con él. Le aconsejó que lanzara una piedra sin ser visto y de este modo por un malentendido sin saber nadie quién había lanzado la piedra al otro, se matarían entre ellos.

Con el auxilio de Medea, Jasón logró vencer los obstáculos. Pero Eetes no cumplió con su palabra, antes bien trató de poner fuego a Argo y de liquidar a los Argonautas.

Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta, Apsirto.

vellocino

Apenas el rey Eetes descubrió la fuga de Jasón y Medea y el hurto del vellocino de oro, se lanzó a la persecución del Argo. Medea, para retrasarlo, dio muerte a Apsirto, su hermano, y empezó a tirar al mar, uno a uno sus miembros. Eetes, perdió un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su amado hijo, y de este modo los fugitivos lograron alejarse definitivamente.

EL REGRESO

Mientras Eetes había anclado en alguna playa del Ponto Euxino para dar sepultura a su hijo, el Argo siguió su camino.

Parten hacia la isla de Eea, donde vive la tía de Medea: Circe. Ella les purifica por las violencias tan terribles que han cometido.

Pasó por el Danubio, que entonces unía, se dice, el Ponto con el Mar Adreiático, subió por el Eridano (el Po) y por el Ródano, junto a las tierras donde moraban los Ligures y los Celtas, se adentró de nuevo en el Mediterráneo y cruzó cerca de la isla de las Sirenas.

Desde muy lejos se oía el canto embrujador de las Sirenas. En ese momento, Orfeo, músico de Tracia, con su melodiosa lira y su carismática voz, se puso a cantar de tan bello modo, que ninguno de los Argonautas se animó a corresponder a la llamada de las Sirenas. Las nostálgicas melodías de Orefeo les hablaban del hogar, de los seres queridos que les esperaban en la patria y sembró en sus corazones el deseo del retorno.

Pasando por el reino de Circe, por los estrechos de Caribdis y Escila, por la isla de Feacos y por las costas de Libia, llegaron a Creta, donde tuvieron que enfrentarse al gigante Talo creado por Hefesto, para poder cruzar.

En Corcira, el rey Alcínoo y la reina Arete casan a Jasón y Medea.

Siguiendo su ruta por el Mar de Creta y tras enormes dificultades, cruzaron el Efeo y llegaron al fin a Yolco, trayendo consigo el vellocino de oro. Había llegado el momento en que Jasón debía reclamar al rey Pelías su legítimo derecho al trono.

jason con pelias

Pelías se negó a cederle el trono. Así Jasón decidió refugiarse una vez más en los mágicos poderes y en la habilidad de su mujer.

Medea logró introducirse en el palacio y convencer a las hijas de Pelías para que bañen a su padre en una poción con la que volverá a ser joven. Todas menos Alcestis creen en le engaño. Pelias se introduce en el baño y así muere.

Tras la muerte de Pelias, Medea y Jasón parten hacia Corinto. El rey Creonte acoge con entusiasmo a Jasón, pero no pasa lo mismo con Medea y los dos hijos de ambos.

Jasón ve la oportunidad de conseguir el reino de Corinto y no duda en repudiar a Medea y pedir en matrimonio a la hija de Creonte.

Pero Medea no acepta fácilmente lo que han preparado para ella. Convence a Creonte para que acoja a sus hijos aunque la destierre. Para que también Glauce se apiade de ellos les envía con unos regalos: un peplo y una corona. A Glauce se le ilumina el rostro ante la belleza de los regalos.

Glauce se prueba el peplo y la corona y cae presa de un terrible dolor que le quema el cuerpo. Los regalos estaban envenenados. Su padre se corre a abrazarla y toca el veneno. Ambos mueren en medio de una terrible agonía.

Medea después va a matar a sus hijos. Sabe que el dolor que le producirá hacerlo le va a quitar parte de su humanidad, pero también sabe que le va a provocar el mismo tormento a Jasón.

Tras cometer aquel acto terrible, deja a Jasón llorando a sus hijos y huye en un carro de fuego, prestado por su abuelo Helios. Antes maldice a Jasón: morirá por su amado barco.

La profecía se cumple. Mientras duerme a la sombra de Argo, un tablón se desprende y cae sobre él matándole.