Troya ha caido, han pasado diez años desde que los griegos partieron contra la ciudad; los sobrevivientes han regresado a sus hogares, sin embargo: hay una esposa que no se ha reencontrado con su marido, un hijo que prácticamente no conoce a su padre y una ciudad que no ha recuperado a su rey.
Odiseo, esposo de Penélope, padre de Telémaco y rey de Ítaca no ha regresado después de la guerra contra Troya y la mayoría le cree muerto.
Realmente él nunca quiso partir hacia la guerra, pese a que sus acciones fueron primordiales para el desenlace de la misma; Para evitarla, fingió estar loco cuando recibió la visita de Menelao y Palamedes. Este ultimo, sin embargo, pone en evidencia la falsedad de tal treta, lo que no habrá de perdonarle jamás el héroe. Antes de partir, aconseja a Penélope que si él muere, se case de nuevo cuando Telémaco alcance la edad viril.
Incluso durante los últimos años de guerra comienzan a crecer rumores sobre la muerte de Odiseo, y mientras su esposo está fuera, Penélope es pretendida por múltiples hombres.
Cuando los griegos regresan, la ausencia del rey propicia un mayor número de hombres acortejando a Penélope. Para mantener su castidad, ésta idea un plan: Les dice a los pretendientes que aceptará la desaparición de Odiseo, con la promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario en el que estaba trabajando. Para mantener el mayor tiempo posible este tejido en elaboración, procura deshacer por la noche lo que creó durante el día, y de esta forma soporta los años en los que Odiseo regresa.
Sin embargo, Odiseo pretendía aun regresar a su hogar, la ironía del relato es que Odiseo pudo haber regresado a Ítaca de los campos troyanos que circundan Ilio en un día (o quizás hasta en medio), pero tardo varios años de cuando primero abandono estos y puso pie en Nerito.
PREAMBULO A LA ODISEA
LOS CICONES
A su regreso de Troya, y con su tripulación, Odiseo atacó por sorpresa Ismaro, una ciudad de cicones. Odiseo y sus hombres asesinaron a la mayoría con los que se cruzaron, mientras quemaban las ciudades y capturaban mujeres; pero más tarde llegaron refuerzos cicones y atacaron a los invasores aqueos, matando a muchos de ellos, Odiseo y sus hombres fueron forzados a huir en sus barcos, con sus tripulaciones muy reducidas. Después de que salieron corriendo transcurrieron nueve días con un intenso tiempo.
Marón, sacerdote de Apolo en la ciudad ciconia de Ismaro, fue protegido, así como su familia, por Odiseo del saqueo. Marón le regaló un vino dulce muy fuerte, con el que después lograría embriagar a Polifemo.
LOS LOTOFAGOS
Los lotófagos (los que comen loto), era un pueblo que se nutría única y exclusivamente de la flor de loto. Según la tradición, este alimento provocaba la pérdida de memoria.
Cuando Odiseo y sus compañeros volvían de la guerra de Troya, fueron desviados por el viento, llegando a dicha tierra. Éstos les ofrecieron loto, tras lo cual los navegantes olvidaron su patria. Finalmente, Odiseo consiguió, a la fuerza, que los marineros volviesen a sus embarcaciones, para seguir rumbo a Ítaca.
LOS CICLOPES
Desviados por el mar, la tripulación llegó a la isla de los Cíclopes, Odiseo eligió a doce de sus mejores hombres para investigar y pidió a los demás que esperaran en el barco, y se aventuró en una gran cueva.
Entraron y empezaron un banquete con la comida que allí había, sin saber a quien pertenecía. La cueva era el hogar de Polifemo, hijo de Poseidón y la ninfa Toosa, quien pronto se topó con los intrusos y los encerró en ella. Entonces empezó a devorar a varios de ellos, pero Odiseo urdió un plan para escapar.
Para hacer que Polifemo se confiase, Odiseo le dio un barril lleno de vino muy fuerte sin aguar. Cuando Polifemo le preguntó su nombre, Odiseo le dijo que se llamaba ουτις outis, un nombre que puede traducirse como “Nadie”.
Cuando el gigante, borracho, cayó dormido, Odiseo y sus hombres tomaron una lanza fraguada y la clavaron en el único ojo de Polifemo.
Éste empezó a gritar a los demás cíclopes, al preguntar que le había sucedido, él respondía que había sido herido, los demás cíclopes preguntaban por quien y el respondía el nombre que se la había dado por Odiseo: “Nadie”, por lo que entendieron que Polifemo se había vuelto loco, llegaron a la conclusión de que le había maldecido un dios, y por tanto no intervinieron.
Por la mañana, Odiseo ató a sus hombres y a sí mismo al vientre de las ovejas de Polifemo. Cuando el cíclope llevó a las ovejas a pastar, palpó sus lomos para asegurarse de que los hombres no las montaban, pues al estar ciego no podía verlos. Pero no palpó sus vientres, así huyeron los hombres.
Cuando los hombres ya estaban fuera, Polifemo advirtió que lo habían burlado. Cuando se alejaban navegando, Odiseo gritó a Polifemo jactándose de su astucia que “¡El nombre quien te hirió no es Nadie, sino Odiseo!”.
Desafortunadamente, no sabía que Polifemo era hijo de Poseidón, dios de quien ya se había ganado su enemistad al profanar su templo en Troya e idear el saqueo de la ciudad. Polifemo lanzó entonces una maldición sobre Odiseo, junto con una pesada roca que cayó tras el barco; debido a esto, Poseidón causó gran cantidad de problemas a Odiseo durante todo el resto de su viaje.
EOLO
Eolo, hijo de Hípotes, señor de los Vientos, vivía en la isla flotante de Eolia con sus seis hijos y sus seis hijas. Zeus le había dado el poder de controlar los vientos, Eolo los tenía encadenados en un antro profundo, donde los gobernaba con un dominio absoluto, apresándolos o liberándolos a su antojo, ya que todos los vientos liberados podrían provocar graves desastres en el cielo, la tierra y las aguas.
Eolo era responsable del control de las tempestades, y los dioses, le pedían en algunos casos su ayuda.
Cuando Odiseo llegó a la isla, Eolo lo trató muy bien, y le dio un viento favorable, además de una bolsa que contenía todos los vientos y que debía ser utilizada con cuidado. Sin embargo, la tripulación de Odiseo creyó que la bolsa contenía oro y la abrió, provocando graves tempestades. La nave terminó regresando a las costas de Eolia, pero Eolo se negó a ayudarles de nuevo.
LOS LESTRIGONES
Odiseo y sus compañeros llegan en una docena de embarcaciones a Telépilo de Lamos, la ciudad de los lestrigones, una tribu mitológica de gigantes antropófagos.
Los barcos entraron en un puerto rodeado por abruptos acantilados, con sólo una entrada entre dos promontorios. Los capitanes metieron sus naves dentro del puerto muy juntas entre sí. Odiseo guardó su propia nave fuera del puerto, amarrada a una roca. Trepó a una roca alta para hacer un reconocimiento, pero sólo pudo ver un poco de humo ascendiendo desde el suelo. Envió a dos de sus hombres con un heraldo para investigar a los habitantes.
Los hombres siguieron por un camino y encontraron a una mujer joven, que dijo que era una hija de Antífates, el rey, y los condujo a su casa. Sin embargo, cuando llegaron allí vieron una mujer gigantesca, que era la esposa de Antífates. Inmediatamente llamó a su marido, quien dejó la asamblea del pueblo y al llegar raptó a uno de los hombres y empezó a comérselo. Los otros dos hombres se escaparon, pero Antífates provocó un griterío y fueron perseguidos por miles de lestrigones, que eran de tamaño gigantesco. Lanzaron rocas inmensas desde los acantilados, destrozando los barcos y arponeando a los hombres como a peces.
Odiseo pudo escapar con un único barco debido a que no fue atrapado en el puerto; el resto de las embarcaciones, junto con algunos de sus tripulantes, se perdieron.
CIRCE
Circe era una diosa y hechicera que vivió en la isla de Eea. Sus padres fueron Helios, el titán preolímpico del Sol, y la oceánide Perseis. Como hermanos tuvo a Eetes, el rey de la Cólquida, y Pasífae. Transformaba a sus enemigos o a los que la ofendían en animales mediante el uso de pociones mágicas y era conocida por sus conocimientos de herborística y medicina.
Su casa es una mansión de piedra que se alzaba en mitad de un claro en un denso bosque. Alrededor de la casa rondaban leones y lobos, que en realidad no eran más que las víctimas de su magia: no eran peligrosos y lisonjeaban a todos los extraños. Circe dedicaba su tiempo a trabajar en un gran telar.
Cuando Odiseo llegó a la isla de Eea mandó bajar a la mitad de la tripulación, quedándose él en su barco. Circe invitó a los marineros a un banquete, envenenando la comida con una de sus pociones, transformándolos en cerdos con una vara después de que se hubieran atiborrado.
Sólo Euríloco, sospechando una traición desde el principio, logró escapar avisando a Odiseo y a los otros que habían permanecido en los barcos. Odiseo partió al rescate de sus hombres pero en el camino fue interceptado por Hermes, quien le dijo que se hiciese con algunas hierbas de moly para protegerse del mismo destino. Cuando Circe no pudo convertirlo en animal Odiseo le obligó a devolver a sus hombres la forma humana.
Más tarde Circe se enamoró de Odiseo y le ayudó en su viaje de regreso a casa después de que él y su tripulación pasasen un año con ella en su isla y obligándolo antes a ir a la morada de Hades para consultar el alma del tebano Tiresias, un adivino ciego, para conocer las circunstancias de su regreso y el estado actual de su familia y reino.
Cuando Odiseo manda a su tripulación a hacer lo que dice la hechicera, Elpénor, el más joven de todos se resbala y muere.
El héroe, siguiendo los consejos de Circe, cumple las libaciones y sacrificios necesarios para entrar en contacto con las almas de los difuntos. La sangre de las víctimas sacrificadas, cayendo en el abismo, hace subir del Hades las almas de los muertos que desean ser interrogadas: sólo después de haber bebido podrán conversar con él. La sombra de Tiresias debe, sin embargo, beber la primera.
Al llegar a las puertas de Hades, Odiseo invoca a los espíritus de los muertos. El primero que aparece es Elpénor que le suplica a Odiseo que lo entierre y lo queme.
Al fin aparece el adivino Tiresias y le predice su porvenir a Odiseo. Después de haber explicado la causa del odio del dios de los mares Poseidón, el adivino prodiga sus consejos, entre ellos el de respetar a toda costa las manadas de Helios. De otro lado, anuncia al héroe que la masacre de pretendientes que deshonran su casa, no será para él la última aventura: Odiseo deberá todavía volver a partir hasta que encuentre a una tribu ignorante del mar, y hacer un sacrificio a Poseidón. Sin embargo, a pesar de la ayuda de Circe y de Tiresias, Odiseo no conseguirá evitar la isla de Helios, donde sus compañeros comprometerán definitivamente su suerte de regresar a Ítaca. Sólo Odiseo volverá a su isla, cerca de Penélope, a quien contará su extraño encuentro con el adivino muerto, también le profetiza que su muerte vendrá del mar.
Después otros personajes platican con Odiseo: Su madre, Anticlea, que había muerto esperando el regreso de su hijo a Ítaca. Enviadas por Perséfone, esposas e hijas de héroes quienes le contaron quienes eran, Agamenón se acercó y le relató su muerte, dándole consejos para que a él no le suceda lo mismo. Aquiles le pregunta sobre su hijo Neoptólemo y sobre Peleo. También vio la imagen del fornido Heracles, ya que él se encuentra con los dioses.
Odiseo regresó a Eea e hizo lo que le pidió el alma de Elpénor. Circe le dice como manejar los problemas que se le van a presentar y se despiden.
Circe sugirió dos rutas alternativas para volver a Ítaca: bien hacia las “rocas errantes” donde reinaba el rey Eolo, o bien pasar entre la peligrosa Escila y el remolino de Caribdis, normalmente identificado con el estrecho de Mesina.
Circe tuvo tres hijos de Odiseo: Agrio, Latino y Telégono, quien gobernó a los tirsenos.
LAS SIRENAS
Cuando van a pasar cerca de las sirenas, tapa los oídos con cera a la tripulación para que no oigan su canto, pero deseoso él de escucharlo opta por ser amarrado al mástil del barco para poder apreciar el canto y no caer en la tentación de lanzarse al mar.
CARIBDIS Y ESCILA
Caribdis es un monstruo marino, hijo de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas, adoptando así la forma de un remolino que devoraba todo lo que se ponía a su alcance. Caribdis fue originalmente una ninfa marina que inundó la tierra para ampliar el reino submarino de su padre, hasta que Zeus la transformó en un monstruo.
Habitaba junto a Escila, una joven que fue transformada en un monstruo marino de varias cabezas. De sus extremidades inferiores salían cabezas de perros, cuyos ladridos eran tan leves como los de un cachorro, pero no así su voracidad. Escila tenía doce pies para sostenerse. Poseía tres cabezas todas ellas con tres hileras de puntiagudos colmillos.
Escila, sin embargo, no siempre fue un monstruo, antes era una hermosa doncella. Un día que jugaba en la playa, el dios marino Glauco la observó, sentada en una umbría caleta, lavándose los pies en las cristalinas aguas. Después de haber admirado su belleza desde lejos, nadó hasta ella y le habló cortésmente para intentar conquistarla. Pero a Escila le causaba temor la gran cola de pez del dios, que no tenía piernas, y sentía aversión por su cabello lleno de cizañas. Quizás aborreciera, más que nada, su aire engreído; porque Glauco se había envanecido mucho desde que comió una hierba mágica que lo convirtió de simple pescador en dios.
Glauco, que no estaba dispuesto a tolerar tal desdén, acudió a la maga Circe para lograr el amor de Escila por artimañas de brujería. Sin embargo, Circe no estaba dispuesta a ayudar a Glauco, pues también estaba enamorada de él; y, aunque intentó convencerlo de que dedicase su amor a alguien más digno de él, se vio obligada, por las continuas presiones, a ayudarle a conseguir sus propósitos. Para ello le entregó una pócima, dándole una serie de instrucciones sobre su uso. Haciendo caso de Circe, Glauco vertió tal líquido en la caleta de mar donde Escila solía bañarse. Un día que ésta acudió alegremente a darse un chapuzón, observó de repente cómo una jauría de perros empezaba a atacarla.
Asustada, trató de defenderse, pero pronto observó horrorizada que esos perros partían de su cintura y que estaba comenzando a transformarse en un temible ser. Glauco, que vigilaba desde la distancia, al ver lo ocurrido, perdió todo el interés por ella y se marchó.
Al final Odiseo logra escapar y llega a Trinacria, isla de Helios.
LA ISLA DEL SOL
Llegaron a la isla del Sol. Odiseo trató de que sus hombres obedecieran lo que Circe había dicho pero no le hicieron caso y mientras Odiseo dormía se comieron a las vacas prohibidas. Huyen de la isla pero Zeus los castiga desatando una tormenta que hace que el barco se hunda.
Odiseo es el único que se salva y llega a la isla de Ogigia.
CALIPSO
Cuando Odiseo se hallaba a la deriva tras naufragar su barco, llegó a la isla Ogigia, donde Calipso, hija de Atlas, le hospedó en su cueva, agasajándole con manjares, bebida y su propio lecho.
Le retuvo así durante siete largos años, teniendo de él cuatro hijos: Nausítoo, Nausínoo, Latino y Telégono. Calipso intentó que Odiseo olvidara su vida anterior, y le ofreció la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en Ogigia. Pero él se cansó pronto, y empezó a añorar a su mujer Penélope.
LA ODISEA
LA TELEMAQUIA
I. CONCILIO DE LOS DIOSES
Durante un concilio de los dioses con la ausencia de Poseidón, se discute sobre el regreso de Odiseo a su patria. Atenea habla en favor de que regrese a su hogar. Zeus y los demás dioses están de acuerdo.
Atenea disfrazada del rey Mentes desciende a Ítaca para arengar a Telémaco, hijo de Odiseo, a que vaya a buscar a su padre. Su casa está llena de pretendientes por su madre, quien ha retrasado la decisión de volverse a casar.
Telémaco le explica a Atenea, que los pretendientes destruyen su casa y sus posesiones. Mentes predice el regreso de Odiseo y le dice que actúe como un hombre y que presente su caso a la asamblea.
Penélope oye desde lo alto de la casa una canción que la entristece y baja a pedirle al bardo Femio que deje de cantar. Telémaco aprovecha la ocasión para reafirmarse a sí mismo y le dice a su madre que suba a sus habitaciones y le deje esos asuntos a él pues tiene el mando de la casa.
II: TELEMACO REUNE EN ASAMBLEA AL PUEBLO DE ÍTACA
El palacio de Odiseo se encuentra invadido por decenas de pretendientes que buscan la mano de su mujer Penélope, creyendo que aquél ha muerto
Telémaco convoca a la asamblea, siendo la primera vez que se hace desde la partida de Odiseo; les pide a los pretendientes que dejen de desperdiciar sus bienes y demanda que se vayan de su palacio. A lo que Antínoo y Eurímaco le responden con burlas y desprecio. Haliterses les vaticina el regreso de Odiseo y la matanza que de ellos hará.
En el ágora no le proporcionan el barco a Telémaco para ir en busca de noticias sobre su padre, por le que le pide ayuda a Atenea, quien en su disfraz de Mentor, viejo amigo de su padre y responsable del cuidado de sus propiedades, le consigue prestado el barco y a una tripulación. Telémaco parte a hurtadillas y de noche hacia Pilos.
III. TELEMACO VIAJA A PILOS PARA INFORMARSE SOBRE SU PADRE
La siguiente mañana, Telémaco y Mentor llegan a Pilos. El rey Néstor les relata el regreso de otros héroes desde Troya y la muerte de Agamenón, pero no tiene información específica de Odiseo. Les sugiere que vayan a Esparta a hablar con Menelao, quien acaba de regresar de largos viajes. Atenea se desaparece milagrosamente. Impresionado que un joven esté escoltado por una diosa, Néstor arregla que su hijo Pisístrato acompañe a Telémaco a Esparta.
IV. TELEMACO VIAJA A ESPARTA PARA INFORMARSE SOBRE SU PADRE
Telémaco y Pisístrato son hospedados por el rey Menelao y la reina Helena, quienes les relatan sus experiencias con Odiseo de la guerra troyana.
Al siguiente día, Menelao les cuenta como el dios Proteo, el viejo del mar, le reveló que Odiseo era cautivo de Calipso. Mientras tanto, en Itaca, los pretendientes se dan cuenta que Telémaco zarpó y hacen planes para emboscarlo y matarlo cuando regrese. Penélope se postra de terror al enterarse de estos planes, pero Atenea la calma a través de un sueño
EL EXILIO DE ODISEO
V. ODISEO LLEGA A ESQUERIA DE LOS FEACIOS
En un segundo concilio de los dioses, Atenea insiste en ayudar a Odiseo. Zeus le pide a Hermes que le diga a la ninfa Calipso que lo libere, y vaticina que en veinte días llegará con los feacios quienes lo ayudarán a llegar a Ítaca.
Calipso le dice a Hermes que los dioses le tienen envidia pero asegura que hará lo que Zeus le pide y ayuda a Odiseo a construir una balsa, le da víveres y lo aconseja. Algunas leyendas cuentan que Calipso terminó muriendo de pena.
Después de navegar dieciocho días Odiseo ve tierra pero Poseidón lo ve a él en la balsa y provoca una tormenta que la destruye. Ino Leucotea, ninfa marina, le da un velo inmortal para que ayude a Odiseo a llegar a tierra lo que logra después de dos días en el mar. Finalmente, llega a la costa de Esqueria, donde cansado y maltrecho, se cubre con hojas y cae dormido bajo árboles de olivo y acebuche.
VI. ODISEO Y NAUSICAA
En un sueño, Atenea visita a la princesa Nausícaa, hija de Alcínoo, rey de Esqueria, y urgiéndola a tener sus responsabilidades como mujer en edad de casarse; al despertar, le pide a su padre un carro con mulas para ir a lavar la ropa al río. Mientras ella y sus esclavas descansaban y jugaban a la pelota, Odiseo se despertó y pidió ayuda a la princesa.
La princesa impresionada por su forma de hablar, le da alimento y ropas, y le dice que la siga hacia la casa del rey y cómo pedirle a su madre, la reina, hospitalidad. Le indica un bosque consagrado a Atenea a las afueras de la ciudad donde puede descansar. Odiseo aprovecha la ocasión para rogarle a la diosa que lo ayuden a llegar a su patria.
VII. ODISEO EN EL PALACIO DE ALCINOO
Atenea disfrazada de una feacia, conduce a Odiseo al palacio del rey Alcínoo. Odiseo solicita la compasión de la reina Arete quien nota que lleva puestos ropas que hizo ella misma y le pide una explicación de su viaje y de como llegó a Esqueria.
Odiseo les relata su cautiverio en la isla de Calipso, su liberación, la tormenta y la ayuda de Nausícaa. El rey se impresiona del relato y le ofrece a Odiseo la mano de su hija o si lo prefiere, la ayuda para llegar a su patria. Los feacios todavía no saben el nombre de Odiseo.
VIII. ODISEO AGASAJADO POR LOS FEACIOS
Se celebra una fiesta en el palacio en honor del huésped, que aún no se ha presentado. Tras una competición de atletismo, en la que Odiseo asombra al público con un gran lanzamiento de disco, comienza el banquete.
El aedo Demódoco ameniza la comida con un canto sobre la guerra de Troya. Al hablar del episodio del caballo de Troya, Odiseo rompe a llorar, y el rey manda al aedo que deje de cantar, y pregunta al huésped sobre su verdadera identidad.
IX. ODISEO CUENTA SUS AVENTURAS: LOS CICONES, LOS LOTOFAGOS, LOS CICLOPES
Odiseo revela su identidad y empieza a contar sus tres años de odisea, empezando desde la caída de Troya hasta que llegó a la isla de Calipso.
Navegando desde Troya en doce barcos, llegó a Ismaro, donde saquearon la ciudad de los cícones. Después llegaron al país de los lotófagos, y algunos hombres cayeron en la tentación y comieron loto, con lo cual ya no querían regresar a los barcos y tuvieron que ser obligados. De ahí fueron a la isla de los cíclopes. Odiseo les pidió a sus compañeros que lo esperaran en los barcos mientras él iba junto con doce de sus mejores hombres a ver si les ofrecerían hospitalidad. Polifemo, el gigante de un solo ojo, hijo de Poseidón, los encerró y se comió a varios, lo que hizo que Odiseo lo engañara y al escapar lo dejara ciego. Polifemo imploró a Poseidón, su padre, la venganza.
X. LA ISLA DE EOLO, EL PALACIO DE CIRCE LA HECHICERA
Invitados por un mes en la isla de Eolia, el rey de los vientos, Eolo Hipótada, le regala a Odiseo todos los vientos dentro de una bolsa excepto el que los puede llevar a Itaca. Mientras duerme, los hombres revisan la bolsa pensando en los tesoros que podría tener y liberan todos los vientos.
Llegan a la isla de los lestrigones, gigantes antropófagos quienes matan y se comen a la tripulación de once barcos.
Odiseo y sus hombres huyen a la isla Eea, donde fueron algunos hombres hechizados por Circe, hija del Sol, que los convierte en cerdos. Ayudado por una hierbas mágicas dadas por Hermes, Odiseo logra oponerse a Circe y libera a sus compañeros.
Al cumplirse un año, Odiseo le pide a Circe que lo deje partir y lo ayude a llegar a su patria. A lo que Circe responde que primero deben de ir a la morada de Hades para consultar el alma del tebano Tiresias, adivino ciego y lo instruye para llegar sin tropiezos a la morada.
XI. DESCENSO A LOS INFIERNOS
Tras llegar al país de los Cimerios y realizar el sacrificio de varias ovejas, Odiseo visita la morada de Hades para consultar con el adivino Tiresias, quien le profetizó un difícil regreso a Ítaca. A su encuentro salieron todos los espectros, que quisieron beber la sangre de los animales sacrificados. Odiseo se la dio en primer lugar a Tiresias, luego a su madre Anticlea y también bebieron la sangre varias mujeres destacadas y algunos combatientes que habían muerto durante la guerra de Troya.
XII: LAS SIRENAS, ERCILA Y CARIBDIS. LA ISLA DE HELIOS. OGIGIA
Alejados de Circe, y continuando el viaje con consejos de Tiresias y la hechicera, lograron escapar de las Sirenas, cuyo canto hacía enloquecer a quien las oyera. Para ello, siguiendo los consejos de Circe, Odiseo ordenó a sus hombres taparse los oídos con cera exceptuándolo a él y manda ser atado al mástil. Escaparon también de las peligrosas Caribdis y Escila. Consiguieron llegar a Trinacria, la isla del Sol. Pese a las advertencias de no tocar el ganado de Helios, los compañeros sacrificaron varias reses, lo que provocó la cólera del dios. Al hacerse de nuevo a la mar, Zeus lanzó un rayo que destruyó y hundió la nave, sobreviviendo únicamente Odiseo. Finalmente, arribó a la isla de Calipso.
LA TOMA DE ITACA
XIII: LOS FEACIOS DESPIDEN A ODISEO, LA LLEGADA A ITACA
Al día siguiente, Alcínoo le da todos los presentes a Odiseo y se despide de él y de los hombres que lo van a llevar a Ítaca. Vencido por el sueño, los feacios lo bajan del barco junto con los regalos y lo dejan en la playa.
Cuando Odiseo se despierta, no reconoce su tierra. Atenea disfrazada de un joven pastor le explica a Odiseo donde está, después se da a conocer y lo ayuda a esconder los tesoros recibidos. Lo transforma en un viejo mendigo para que nadie lo reconozca y pueda planear como deshacerse de los pretendientes. Por consejo de Atenea va en busca de Eumeo.
XIV: ODISEO EN LA MAJADA DE EUMEO
Odiseo va a las porquerizas a buscar a Eumeo, de quien recibe hospitalidad e información de cómo está la situación local.
Sin darse a conocer, Odiseo disfrazado de mendigo, inventa la historia de que es cretense y le dice que Odiseo va a regresar. El duerme en las porquerizas, mientras que Eumeo se va a dormir con los puercos al monte.
XV. TELEMACO REGRESA A ITACA
Mientras tanto en Lacedemonia, Atenea se le aparece en un sueño a Telémaco y le dice que debe de regresar de inmediato a Ítaca, también le advierte de la emboscada de los pretendientes que desean su muerte.
El y Pisístrato se despiden de Menelao y de Helena, quienes le dan regalos . Se dirigen a Pilos donde Telémaco se despide de Pisístrato y sin acercarse a Néstor para que éste no lo retenga, sube en su embarcación para dirigirse a Ítaca.
En el momento de embarcar acoge al adivino Teoclímeno, que le pide ayuda para huir. Mientras Odiseo y Eumeo se platican historias, Telémaco sortea la emboscada y al llegar a Ítaca sigue los consejos dados por Atenea y se dirige a la porqueriza.
XVI. TELEMACO RECONOCE A ODISEO
Telémaco llega con Eumeo y le pide avise a su madre de la llegada. Cuando Eumeo se va, Odiseo se transforma en él mismo y le dice a Telémaco que él es su padre. Sólo ellos dos sabrán la verdad y prevén lo que van a hacer para derrotar a los pretendientes, quienes están atónitos de que haya fracasado su plan.
Penélope los increpa sobre el querer dar muerte a su hijo. Eumeo cuando regresa a la porqueriza, les informa que vio llegar una velera llena de hombres.
XVII. ODISEO MENDIGA ENTRE LOS PRETENDIENTES
A la siguiente mañana, Telémaco regresa al palacio y le cuenta a Penélope lo que le dijo Menelao. Teoclímeno profetiza que Odiseo vive.
Mientras Odiseo va hacia la ciudad, su cabrero lo insulta y le da una patada. El único que lo reconoce al llegar en su fiel perro Argos, que haciendo un último esfuerzo le mueve la cola justo antes de morir.
Durante el banquete de los pretendientes, Odiseo se pasea entre ellos solicitando su caridad. Antínoo lo desprecia pero lo defiende Penélope, que le solicita, a través de Eumeo, le cuente si sabe algo de su esposo.
XVIII. LOS PRETENDIENTES VEJAN A ODISEO
Iro, mendigo que andaba por todo el pueblo, resiente que Odiseo se encuentre en el palacio, y lo provoca a una pelea, a los que los pretendientes apuesta a que el ganador comerá con ellos en el palacio. Para mantener su oculta identidad, Odiseo trata de no llamar la atención y gana la pelea.
Penélope le dice a su hijo que no debe dejar que los pretendientes traten así al huésped y a ellos les solicita le entreguen los regalos que le corresponden. Melanto, esclava de la casa que mantiene amores con uno de los pretendientes, zahiere a Odiseo quien se enoja. Eurímaco también lo provoca pero Telémaco lo reprende.
XIX. LA ESCLAVA EURICLEA RECONOCE A ODISEO
Padre e hijo esconden todas las armas que estaban en la sala. Odiseo habla con Penélope y le cuenta historias ficticias. Penélope le exige una prueba de que conoció a Odiseo y éste le relata cómo era el manto que traía y quién era su heraldo.
La reina ordena a Euriclea que le lave los pies, lo que la nana hace y así ve una cicatriz que a Odiseo le hizo una jabalí cuando era pequeño en el monte Parnaso. Ella lo reconoce, por lo que Odiseo le pide guarde el secreto.
Penélope le cuenta un sueño que tuvo y entre ellos dos discuten su significado. Penelope decide hacer una contienda entre los pretendientes y él que gane, se casará con ella.
XX. LA ULTIMA CENA DE LOS PRETENDIENTES
Al día siguiente, Odiseo pide una señal, y Zeus lanza un trueno en medio del cielo azul. Este gesto es entendido por uno de sus sirvientes como una señal de victoria contra los pretendientes. Odiseo aprovecha para ver quién es fiel al desaparecido rey, y librarse así de la venganza.
Sin poder dormir, Odiseo le solicita a Atenea su ayuda para matar a los pretendientes. Penélope le ruega a Artemis, morir para no sufrir más. Melantio, el cabrero, increpa a Odiseo. Y Filetio, el boyero, lo trata bien pero los pretendientes vuelven a insultarlo.
Teoclímeno, un profeta, amigo de Telémaco, advierte a los pretendientes que pronto los muros se mancharán de su sangre. A pesar de que alguno de ellos cree la profecía y huye, la gran mayoría de ellos se ríe de la adivinación.
XXI. EL CERTAMEN DEL ARCO
Penelope les explica a los pretendientes que el que pueda armar, tensar y disparar una flecha entre el centro de doce hachas, será el que gane la contienda y se casará con él.
Telémaco trata de hacerlo pero una señal de Odiseo lo detiene. Los pretendientes intentan armar el arco y ninguno lo logra. Odiseo se identifica con Eumeo y Filetio, les dice que deben de cerrar las puertas a una señal suya.
Los pretendientes se molestan cuando ven que el mendigo quiere tensar el arco pues dicen los humillaría si él pudiese hacerlo y se llegara a saber. Mientras Odiseo arma el arco, le hace una seña a sus fieles y éstos cierran las puertas y Euriclea encierra a la mujeres. Odiseo dispara la flecha que pasa por los blancos. Los pretendientes tienen miedo. Telémaco, a una señal de su padre, se sitúa junta a él.
XXII. LA VENGANZA
Odiseo se despoja de sus andrajos y le dispara una flecha en la garganta de Antínoo que cae muerto. Odiseo les dice a los pretendientes quién es él y Eurímaco, le contesta que le asiste la razón, que los deje vivir y que cada pretendiente le devolverá veinte bueyes, bronce y oro para resarcir lo que ellos devoraron. Odiseo lo mata.
Telémaco va por armas para los cuatro y se desata la batalla. Melantio llega a donde están las armas y se las da a doce pretendientes, cuando va por más, es capturado por Eumeo y Filetio quienes lo castigan.
Todos los pretendientes son asesinados, excepto Femio, el aedo, y Medonte, el heraldo. Odiseo le pide a Euriclea, le diga quienes de las mujeres eran traidoras y le pide que las traiga para limpiar y llevarse los cadáveres. Doce fueron ahorcadas y Melantio fue mutilado hasta que murió. La casa fue purificada con azufre.
XXIII. PENELOPE RECONOCE A ODISEO
Euriclea despierta a Penélope para informarle que el mendigo era en realidad su esposo y que ya había matado a los pretendientes.
Ella no lo cree y se muestra con mucha precaución ante Odiseo. El dice como fabricó su lecho nupcial de un olivo y ella ya le cree. Odiseo manda que se toque música y que dancen las esclavas para que la gente que pase por ahí crea que celebran una fiesta.
Solos en la noche, Odiseo le relata sus aventuras y le dice que debe cumplir con la profecía que le había hecho Tiresias cuando fue a la morada de Hades. A la mañana siguiente, acompañado de su hijo y los pastores va a buscar a su padre Laertes.
XXIV. EL PACTO
Las almas de los muertos viajan al Hades, donde cuentan lo ocurrido a Agamenón y Aquiles, compañeros del héroe en la expedición de los aqueos a Troya.
Odiseo marcha a casa de su padre, Laertes, que se encuentra trabajando en la huerta. El hombre se encuentra envejecido y apenado por la larga ausencia de su hijo. Para ser reconocido, Odiseo le muestra la cicatriz y recuerda los árboles que en su infancia le regaló su padre.
Mientras, los familiares de los pretendientes se juntan en asamblea, y piden venganza por la muerte de los suyos.
Empieza una nueva batalla. Laertes mata a Eupites. Atenea y Zeus, ayudan a hacer una tregua y hacen que haya un convenio de paz.
LA TELEGONIA
Los cadáveres de los pretendientes son enterrados y Odiseo hace sacrificios a las Ninfas, en cuya cueva escondió el tesoro que trajo de Troya a Ítaca.
Odiseo navega hacia Elide para inspeccionar sus posesiones.Cuando llega, es hospedado por Políxeno y recibe una cratera como regalo y un cuenco que tiene pintada las historias de Trofonio, Agamedes y Augías.
Vuelve a Ítaca y va a Tesprocia a hacer sacrificios por consejo de Tiresias para le dios Poseidón. Allí se desposa con la reina Calídica, que tendrá luego un hijo, Polipetes. Se queda para verle nacer y lucha con los tesprotos contra los vecinos brigos.
En esa guerra muere la reina, Polipetes toma el trono de la ciudad y Odiseo regresa a Ítaca.
Durante todo este tiempo, Telégono, hijo que Odiseo tuvo con la hechicera Circe se hizo adulto.
Por consejo de Atenea, Circe le dice el nombre de su padre, le da una lanza cuya punta es el aguijón de una manta-raya venenosa y que había hecho Hefesto, y le manda en busca de Odiseo.
Una tormenta lo lleva a Ítaca, sin saber él dónde está. Comete piratería y roba ganado de Odiseo. Éste lo ve y acude.
Luchan y Telégono mata a Odiseo con su lanza envenenada, cumpliendo así la profecía de Tiresias en la Odisea de que la muerte le llegaría del mar.
Mientras Odiseo muere se reconocen mutuamente y Telégono lamenta su error. Telégono decide llevar el cuerpo de vuelta a Eea junto con su viuda Penélope y su hijo Telémaco. Circe les hizo inmortales y desposó a Telémaco, mientras Telégono se casó con Penélope.