3 de agosto de 2007

Taoismo: Chuang Tse

ANTES DEL TAO TE CHING

Existe la generalizada creencia de que el Tao es un concepto que nace con el Tao Te Ching , de Lao Tse. En realidad, quinientos años antes, el I Ching ya daba por sentado que el Tao designaba el curso de las estrellas en el cielo, por lo que adquiría el sentido de orden eterno

Cuando se nombra al Tao como “origen” conviene remitirse a la fuente de tal afirmación, el capítulo 42 de Lao Tse: "El Tao engendra al Uno; el Uno engendra al Dos; el Dos engendra al Tres, y el Tres a los Diez Mil Seres.”

Anterior a todo lo existente, el Tao tiene asimismo la particularidad de ser incognoscible, inefable e infinito. Por eso, bien se cuida Lao Tse de advertirnos en su frase inicial del “Tao Te Ching”:

“El Tao que puede ser hollado no es el Tao permanente e inalterable. El nombre que puede ser mencionado no es el nombre permanente e inalterable”.

Estas salvedades nos obligan a tener en cuenta que llegar a una definición de Tao es como querer ganarle una carrera a nuestra sombra. Afortunadamente, para el Tao, tantos siglos no lograron encasillarlo; de ahí que sus enseñanzas sigan siendo todavía un alimento vivo.

Y, si bien Lao Tse, en los 81 capítulos del Tao Te Ching expuso la teoría y la práctica del Tao, una de las más ricas venas literarias de la escuela taoísta la brindó la obra de ChuangTse, complementando el rigor filosófico de Lao Tse con su imaginería humorística, poética y mística.


CHUANG TSE

Zhuangzi (Chuang Tzu o Chuang Tse, literalmente "Maestro Zhuang") fue un famoso filósofo de la antigua China que vivió alrededor del siglo IV adC durante el período de los Reinos combatientes, y que corresponde a la cumbre del pensamiento filosófico chino de las Cien Escuelas de Pensamiento. Nacido en el reino Song, vivió aproximadamente entre los años 369 y 290 adC.

Trabajó en su pueblo natal como funcionario de estado un corto tiempo. Pasó la mayor parte de su vida retirado y en pobreza voluntaria. Se sabe que no aceptó un alto cargo en el estado de entonces y que lo rechazó con su humor característico.

Tuvo una estrecha amistad con el filósofo Hui Shi, de la escuela de las normas, y usó muchas de las ideas metafísicas de su amigo, cuya filosofía era opuesta a la de él. Chuang Tsé, comprendió que su propio pensamiento no era completo por sí mismo, sin la "oposición" de la de Hui Shi, por el principio de complementariedad y usó muchas de las ideas metafísicas de ese filósofo.

EL TEXTO

Al libro taoísta Zhuangzi se le conoce con el nombre de su autor. Desde 742, cuando el Emperador Xuanzong de Tang decretó títulos honoríficos para los textos Taoístas, también se conoce como el 'Nan hua zhen jing, que literalmente significa el "Verdadero Clásico de la Florescencia (Cultural) del Sur", haciendo alusión a la idea tradicional de que Zhuangzi procedía del sur de China.
El texto es una amalgama de escritos de varias fuentes. Tradicionalmente se cree que Zhuangzi los escribió los primeros siete capítulos (los "capítulos internos") y sus estudiantes y pensadores afines fueron los responsables de escribir las otras partes (los capítulos "externos" y "misceláneos").

La obra de Chuang Tsé se compone de 7 "libros interiores", los cuales se atribuyen con seguridad a él, 28 "libros exteriores" y 14 "libros varios" que fueron redactados por sus discípulos o sus seguidores. En nuestra época se conservan sólo 33.

SU FILOSOFIA

El fundamente de su pensamiento, como en todas las corrientes taoístas, es el Tao y el wu wei, basada en la síntesis suprema de todos los contrarios, cimentada en el principio de Yin y Yang.

Su obra es una antología del pensamiento, plagado de un humor irónico, exento de crueldad, prepotencia y agresividad. Realza con ingenio literario e imparcial tolerancia su visión filosófica. Basó casi toda su enseñanza en el Tao Te King.

Chuang Tsé sostenía que sólo cuando uno estaba en contacto con el Tao - que no se puede nombrar, que está más allá de todas las cosas existentes, que no puede ser transmitido por medio de palabras ni con el silencio - uno podía comprender como vivir.

Observó que un comportamiento basado en hacer a otro lo que es bueno para uno, es ilusorio, cuando uno no sabe qué es bueno para uno mismo. La felicidad no puede ser alcanzada por medio del utilitarismo y el hedonismo. Decía que la vida de riqueza, placer, ambición, es intolerable, porque "se vive para aquello que siempre está fuera de alcance, sediento de la supervivencia del futuro, e incapaz de vivir en el presente".

Ver "la felicidad" y lo "bueno" como algo por alcanzar, o sea, en el "exterior" de uno mismo, en el mundo de los objetos, es colocarse entre el bien y el mal: en el presente, en que no se está en posesión de lo que se busca y en el futuro, en que se piensa que se alcanzará aquello que se desea.Chuang Tsé cree que el concepto de felicidad e infelicidad es ambiguo, porque está situado en el mundo de los objetos. Piensa igual en lo referente a virtud, justicia, etc.

LA ACCION EN LA NO-ACCION

El secreto del camino de Chuang Zu, es el no-hacer, Wu Wei, que enseña a no estar pendiente de resultados. Si uno está en armonía con el Tao "cósmico", la respuesta quedará clara cuando llegue el momento de actuar, dado que uno actuará con arreglo al modo divino y espontáneo, que es el propio del Tao.

La verdadera tranquilidad buscada por el "Hombre del Tao", es la tranquilidad de la acción en la no acción, que transciende la división entre la actividad y la contemplación, entrando en unión con el invisible Tao.

La humildad esencial que predica Chuang Tsé, es aquella en que el hombre es consciente de su insignificancia y se olvida por completo de sí mismo. Es humildad "cósmica" porque está enraizada en la naturaleza de las cosas, y está repleta de vida y consciencia de todos los seres vivos.

El verdadero carácter del Wu Wei, es la actividad perfecta, porque es un acto sin actividad, un acto en armonía con la Totalidad, que tiene un carácter incondicional y que no está supeditado a nuestras teorías o ideas.

Un hombre sabio es aquel que "reconoce ser como los demás hombres". Sólo difiere de los demás, porque está centrado en el Tao y no en sí mismo. Pero "no sabe en qué forma es diferente".

LOS CAPITULOS INTERIORES

En los primeros siete libros, está su fundamento filosófico. Son los libros "interiores" o "interioridades".

El primer libro se titula "Viaje sosegado", compara la vida terrenal, los destinos e influencias que en ella se ven, con la codorniz, cuya vida se mantiene exenta de pequeñeces, y con un pájaro que echa a volar y cuyas alas atraviesan el mar, como nubes suspendidas.

El segundo libro es "Del equilibrio de las concepciones". Aquí propone una solución desde el punto de vista taoísta, para las cuestiones discutidas por la filosofía de su época. Reconoció la inevitable relatividad de todos los conceptos antagónicos involucrados en la polémica. Indicó una salida: la disputa no se resolvería más que a través de la intuición, que proporcionaría el único punto de vista que permite contemplar al ser como una unidad.El libro comienza con la rapsodia del organillo celestial y termina con la misteriosa parábola del sueño, donde se trata el contraste existente entre la vida de vigilia y el sueño, dos estados que no permiten saber cual es real y cual irreal.

El tercer libro, contiene la aplicación práctica de la proposición propuesta. En él se dice que hay que encontrar al "Señor de la Vida". Que, en lugar aspirar a una situación dada, hay que dejarse llevar, conformarse con la posición exterior que uno ocupa en el mundo. No es el cambio de las situaciones exteriores lo que puede salvarnos, sino una actitud diferente frente a las circunstancias, una actitud impregnada por el Tao. Solamente una actitud así podría facilitar el acceso a ese universo que está más allá de las diferencias.

En el cuarto libro, también se revela la importancia de conservar una actitud que lo abarque todo, no atarnos, ni establecernos en ninguna singularidad. La singularidad significa ser útil, lo que provoca que podemos ser utilizados, enganchados en el conjunto de las apariencias.

El quinto libro, trata del "Sello de la vida plena". Aquí mediante diversas parábolas, enseña cómo el contacto interior con el Tao ejerce una influencia sobre los seres humanos que hace desvanecerse toda clase de deficiencias externas. El contraste entre la joya interna y el grosero aspecto manifestado, es realzado con mucha fuerza.

El sexto libro es uno de los más importantes: "El progenitor y el maestro". Se refiere a la persona que ha encontrado el Tao. "Las personas verdaderas no temían la soledad, no realizaban acciones heroicas, ni hacían proyectos. Podrían elevarse a grandes altitudes porque no se arrepentirían si fracasaran, ni se sentirían orgullosos cuando acertaran. Sabían atravesar el agua sin mojarse, el fuego, sin quemarse. No soñaban estando dormidos y estando despiertos no se preocupaban. Sus alimentos eran sencillos y su respiración, profunda. No conocían la alegría de vivir, ni el temor de la muerte. Aceptaban con serenidad lo que venía, y lo que se iba lo dejaban irse, sin pensar más en ello. Esto es no reconocer el Sentido por medio de la consciencia y no querer mejorar lo Celestial mediante lo humano.

El séptimo libro, "Destinado al uso de reyes y príncipes", habla del tema de gobernar por el de no-gobernar. "El hombre supremo utiliza su corazón como un espejo: refleja, no retiene".

SU ENSEÑANZA

Chuang Tsé realiza un perfeccionamiento del taoísmo de Lao Tsé, porque da métodos que aportan una solución a los problemas psicológicos de su tiempo. Nos hace vislumbrar las concepciones taoístas, con agudas y poéticas parábolas.

En los treinta y tres capítulos del “Chuang Tse” nos encontramos con cientos de parábolas que, utilizando este recurso literario, transmiten una enseñanza taoísta ejemplificada en casos concretos de la vida diaria.

Algunas de las mas representativas de su pensamiento:

***“Revoloteaba alegremente; era una mariposa muy contenta de serlo. No sabía que era Chuang Tse. De repente despierta. Era Chuang Tse y se asombró de serlo. Ya no le era posible saber si era Chuang Tse que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que soñaba ser Chuang Tse.”

“Un monero les dijo a sus monos:‘Les daré tres nueces por la mañana y cuatro por la tarde’. Los monos empezaron a protestar, diciendo que eso no era justo. Entonces, el monero les dijo: Está bien; les daré cuatro nueces por la mañana y tres por la tarde. De esta manera, los monos quedaron contentos.

***“Si caminan juntos tres compañeros y uno se extravía, aún se puede llegar al final del viaje porque los extraviados son los menos. Pero si los que se extravían son dos, tendrán más trabajo en llegar a destino porque los extraviados vencen en número”.

“Chu estuvo aprendiendo el arte de matar dragones y en ello agotó toda su hacienda. En tres años aprendió la disciplina, pero nunca halló ocasión para ejercer su habilidad. El sabio, aun lo necesario, no lo toma como necesario, de ahí que nunca guerrea. El ignorante, aun lo no necesario, lo toma como necesario, por esto tiene tantas guerras”.

***Imaginemos una chalana que atraviesa un río. Si una barca vacía, a la deriva, viene y choca con ella, los marineros, aun siendo irascibles, no se enfadarán, porque no hay nadie que ha entrado en conflicto con ellos, puesto que la barca estaba vacía. Si por el contrario, hay alguien en la barca, gritos e insultos saldrán inmediatamente de la chalana. ¿Por qué? Porque ha habido un conflicto de personas... Aquel que habrá podido despojarse incluso de su personalidad, podrá recorrer el mundo entero sin experimentar ningún conflicto.

Para llegar a conocer el Principio, se debe ante todo no pensar, no reflexionar. Para llegar a comprenderlo, no hay que tomar ninguna posición, no hacer nada. Para llegar a alcanzarlo, no hay que partir de ningún punto preciso ni seguir ninguna vía determinada... El adagio dice: Quien sabe no habla; quien habla, enseña que no sabe nada. El sabio no habla ni siquiera para enseñar

***Escuchad esta historia: Un hombre tenía miedo de la sombra de su cuerpo y de la huella de sus pasos. Para liberarse de ello, decidió huir. Pero cuanto más pasos daba, más huellas dejaba. Por rápido que corriera su sombra no le dejaba. Persistiendo a pesar de todo en creer que la adelantaría, corrió tanto y tanto que acabó muriendo. ¡Qué imbécil! Si se hubiera sentado en un lugar cubierto, su cuerpo no habría proyectado ninguna sombra; si hubiera estado quieto, sus pies no habrían producido huellas. Sólo habría tenido que estar tranquilo y todos sus males habrían desaparecido.

Uno de los temas insistentes en el taoísmo es el de la sabiduría como un factor gradual. Finalicemos, entonces, con este anhelo que atravesó veintidós siglos de vigencia:

***“Los pies pisan el suelo; pero es aquello que no pisan lo que permite caminar. Aquello que se conoce es poco; pero, apoyado en lo poco que se conoce es posible conocer mucho”.